El castellano en Cataluña
En una carta publicada el 16 de diciembre ('El castellano en Cataluña'), Enric Roger utiliza el libro La hipòtesi de la independència como argumento para cuestionar la afirmación de Vicenç Villatoro según la cual 'un mayor poder político' es imprescindible para el mantenimiento del catalán. Como autor del mentado libro, me gustaría aclarar lo siguiente: por un lado, es cierta mi creencia de que la independencia de Cataluña podría no ser beneficiosa para el catalán, y al libro remito a quienes les interese saber las razones; por otro lado, esta creencia no me impide necesariamente compartir la afirmación de Vicenç Villatoro, si excluimos la opción independentista. (De hecho, dejando a parte el PP, creo que hay un amplio consenso interpartidario sobre la conveniencia de incrementar el autogobierno, del cual el reciente acuerdo entre el Partit dels Socialistes-Ciutadans pel Canvi, Iniciativa per Catalunya-Verds y Esquerra Republicana es sólo un reflejo particular.)
Más competencias en inmigración, presencia directa en la Unión Europea o derecho de veto en el Senado son ejemplos de mayor poder político (suficientemente acreditados en política comparada) que podrían beneficiar al catalán sin concitar los efectos negativos que a mi modo de ver podría acarrear la independencia.
El castellano está en Cataluña para quedarse. No lo discutimos. La cuestión es cómo es posible conciliar este indiscutible hecho social con la legítima aspiración a la normalidad, entendida como un estado de cosas en el que el catalán pueda ser utilizado sin trabas por todos los ciudadanos y esté suficientemente representado en todos los ámbitos de uso para asegurar su continuidad en el futuro.
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