El Ayuntamiento de Sevilla sugiere ahora a los estudiantes que muden su acampada

Apenas 24 horas. Ése ha sido el tiempo que ha tardado el Ayuntamiento de Sevilla en retractarse de la decisión informal que propició que el pasado miércoles casi un centenar de estudiantes universitarios levantasen una acampada de protesta indefinida contra la Ley Orgánica de Universidades (LOU) a las mismas puertas del Consistorio.

Esta marcha atrás de la parte del PSOE del equipo de gobierno municipal se produjo después de que a primeras horas de la mañana de ayer el portavoz municipal del PP, Jaime Raynaud, trasladase al alcalde de Sevilla, Alfredo Sánchez Monteseirín, su disconformidad con que los estudiantes estuvieran acampados a las puertas del Ayuntamiento. Raynaud le recordó al alcalde que el protocolo de seguridad del Consistorio impide que se ocupe el andén existente delante del edificio y que incluso las cofradías tienen que pedir autorización en Semana Santa para pasar por la puerta. Además, el portavoz del PP exigió a Sánchez Monteseirín que ordenase que se retiraran las pancartas alusivas a la LOU que los estudiantes habían colgado porque suponían 'un daño a la imagen de la institución'.

Tras esta llamada de atención del grupo popular, y alguna telefónica del propio delegado del Gobierno en Andalucía, José Torres Hurtado, el delegado de Seguridad Ciudadana de Sevilla, José Gallardo, se entrevistó con los estudiantes y les 'recomendó' que levantasen la acampada del andén y la trasladasen unos metros más allá, ya en la Plaza Nueva, pero detrás de la estatua de San Fernando.

Gallardo alegó 'motivos de seguridad' para justificar el cambio de parecer del equipo de gobierno, que en la víspera no sólo no se había pronunciado en contra, sino que junto con los representantes de IU se había comprometido, según afirman los estudiantes, 'a facilitar el enganche del suministro eléctrico, una toma de agua y que utilizáramos los aseos del Consistorio'.

'Incongruencia'

'Hemos cumplido lo que acordamos con el PSOE e IU en la reunión del martes, esto es, no pegar las tiendas a la fachada, dejar un pasillo libre y no bloquear la entrada', explicaba indignada Marta López, miembro del Comité General de Huelga de la Hispalense, quien calificó de 'incongruencia' que un día después de autorizar la acampada ahora se aleguen motivos de seguridad para su traslado. 'Si esta zona no se puede ocupar hoy jueves digo yo que tampoco se podría ocupar el martes cuando lo solicitamos', reflexionaba Marta.

Sobre esta autorización 'informal' se pronunció la portavoz socialista, Evangelina Naranjo, quien dijo desconocer que se hubieran producido esas reuniones con los estudiantes y recordó que la competencia para autorizar o para disolver la acampada recae en la Delegación del Gobierno.

Avanzada la mañana comenzó a extenderse por el Ayuntamiento el rumor de que la Delegación del Gobierno había ordenado al Cuerpo Nacional de Policía que desalojase a los estudiantes. Ante la presencia de efectivos de refuerzo, los universitarios decidieron realizar una 'resistencia pacífica' en caso de que tratasen de desmontar su campamento. Mientras, el delegado de Seguridad Ciudadana negaba que desde el Ayuntamiento se hubiese requerido la actuación policial para tal fin y acusaba al delegado del Gobierno en Andalucía de 'eludir de nuevo sus responsabilidades' y al grupo municipal popular 'de dar guerra con esta acampada cuando no protestó por otras precedentes'.

También el alcalde de Sevilla se pronunció sobre lo sucedido. 'No nos gusta que haya tiendas allí porque es molesto y aunque compartamos en cierta medida los motivos, no tenemos porqué compartir los medios', dijo Sánchez Monteseirín, quien recordó que será la Delegación del Gobierno la que tendrá que tomar las medidas oportunas.