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El concejal de Limpieza obliga a sus empleados a contravenir la Ley de Seguridad Vial

La policía multa a los conductores a los que el edil ordena circular con una luz prohibida

Antonio Jiménez Barca

La Ley de Seguridad Vial es clara al respecto: 'Utilizarán la señal luminosa: los vehículos destinados a obras y servicios cuando trabajen en operaciones de limpieza (...), únicamente para indicar su situación a los demás usuarios, si ésta puede suponer un peligro (...). Los vehículos especiales destinados a estos fines, si se trata de una autovía o autopista, también desde su entrada en la misma hasta llegar al lugar donde se realicen los trabajos'.

Sin embargo, el concejal de Limpieza, Alberto López Viejo, del PP, por medio de una circular, ordenó en abril de 2000 que 'baldeadoras, barredoras, camiones de recogida, furgones de mantenimiento de papeleras y motos verdes' llevarán encendidos 'los luminosos en todo momento'.

Desde entonces, la Policía Municipal multa a los infractores. La razón es 'utilizar el alumbrado consistente en señal V2 sin estar realizando trabajo en la calzada', según consta, por ejemplo, en una denuncia formulada el pasado julio a un camión en la confluencia del paseo de Recoletos con la plaza de Cibeles. La cuantía de la sanción es de 50.000 pesetas.

José Luis Hernández, del sector de Mantenimiento Urbano del sindicato UGT, asegura que los empleados de la limpieza urbana de Madrid 'se encuentran ahora mismo entre la espada y la pared'. Por un lado, los agentes les ponen sanciones por llevar el luminoso amarillo encendido cuando van y vienen del lugar de trabajo al garaje donde se aparcan los coches; por otra, las distintas empresas adjudicatarias de las labores de limpieza urbana, siguiendo órdenes del concejal, les obligan a llevar el distintivo y previenen a los empleados asegurándoles que, si se niegan a obedecer, 'esto supondrá el inicio de medidas sancionadoras'.

Hernández calcula que en los últimos cinco meses los casi 1.000 empleados de limpieza en Madrid que conducen vehículos suceptibles de ser multados por este asunto han recibido más de 50 sanciones. 'Y esto genera estrés entre el personal. Por ejemplo, hay cantones en los que se está atento para ver si no hay policías cerca de la puerta para salir con las barredoras con el distintivo amarillo puesto'. El representante de UGT teme que 'con la aplicación de la nueva Ley de Seguridad Vial, que entrará en vigor en enero, se pueda perder el carné de conducir, ya que la acumulación de faltas como ésta acarreará la retirada del documento'.

Según Hernández, la razón de que les obliguen a circular en todo momento con la señal luminosa 'obedece a una campaña de imagen'. 'Supongo que al concejal, que ha comprado nuevos uniformes, y que se preocupa mucho por la imagen, la publicidad y las luces, le gusta que vayamos con los distintivos encendidos para que se nos vea bien', afirma.

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'Mantengo la orden'

El concejal López Viejo reconoce que la orden de circular en todo momento con la luz encendida es suya. 'Y la mantengo', añade. El edil sostiene que es por seguridad por lo que obliga a que todos los conductores lleven el dispositivo encendido a todas horas. 'De esta manera creo que se producen menos accidentes en los que pueden verse implicados tanto los empleados de la limpieza viaria de la ciudad como los peatones o automovilistas. Se ve mejor a a los vehículos, luego se reducen las posibilidades de accidentes', sostiene. El edil añade que los empleados no tienen nada que temer: 'Estas multas no se tramitan. Un informe del director de Servicios de la Gestión de Multas del Ayuntamiento, José Ramón Pérez Acevedo, me explicó que estas sanciones no llegan a ningún lado. Y este técnico, en este informe, concluye diciendo que el uso de la luz siempre es obligatorio', asegura.

López Viejo insiste en que ningún empleado debe temer 'que se le retire el carné por este concepto, porque las sanciones no se tramitan'. Pero Hernández replica: 'Hace unos meses, a un empleado le embargaron 50.000 pesetas por una multa. Luego la pagó la empresa, claro. Pero que no digan que no se tramitan. Lo que pedimos es que se pongan de acuerdo, porque esta situación es absurda'.

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Sobre la firma

Antonio Jiménez Barca
Es reportero de EL PAÍS y escritor. Fue corresponsal en París, Lisboa y São Paulo. También subdirector de Fin de semana. Ha escrito dos novelas, 'Deudas pendientes' (Premio Novela Negra de Gijón), y 'La botella del náufrago', y un libro de no ficción ('Así fue la dictadura'), firmado junto a su compañero y amigo Pablo Ordaz.

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