Artistas callejeros apoyan a la policía municipal por su ayuda a un mimo

Dos colectivos tan poco cómplices como el de los artistas callejeros y el de los policías municipales se concentraron ayer de forma conjunta en la plaza de la Villa. La junta directiva de la Unión de Actores de Madrid aprovechó la manifestación periódica de los agentes locales contra el plan de reorganización policial para agradecer la solidaridad demostrada por representantes del cuerpo con un mimo al que un mando policial acusa de desacato.

El delegado del sindicato Unión de Policías de Madrid testificó a favor del artista callejero en el juicio celebrado el pasado lunes. Los hechos ocurrieron hace un año, junto a un centro comercial de la calle de Preciados. Como en otras ocasiones, un mimo -que prefirió no revelar su nombre- se vistió de blanco, tomó una especie de antorcha, se subió a un pedestal y se dispuso a emular a la Estatua de la Libertad durante un rato largo. De súbito, dos policías interrumpieron su actuación. 'Uno me quitó el dinero que habían depositado los viandantes y me dijo que me marchara de allí; cuando le respondí que tenía derecho a quedarme, me contestó que me tenía que ir por sus cojones, y me agredió', recuerda el artista callejero, que acusa al agente de haberle infligido malos tratos.

El mando policial denunció, en paralelo, al mimo por desacato a la autoridad. La vista judicial por el caso se celebró el lunes, pero el juez pospuso el juicio hasta mediados de enero, porque no acudió ningún representante del centro comercial delante del que se produjo la trifulca.

El mimo estuvo ayer en la plaza de la Villa en la manifestación que los representantes sindicales del cuerpo realizan periódicamente para protestar contra el plan de reordenación trazado por la concejal y tercera teniente, de alcalde, María Tardón.

El delegado del sindicato Unión de Policía Municipal, José María Nogueira, que declaró a favor del artista callejero, aclara: 'La ley no dice nada sobre este tipo de espectáculo'. Otra cosa es la circular municipal que obliga a los agentes a evitar 'cualquier espectáculo que obstaculice el paso del público a las tiendas, provoque aglomeraciones o impida la visión de los escaparates; y aun en ese caso, basta con invitar al artista a que cambie de lugar', remarca Nogueira.