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Reportaje:LOURDES FERNÁNDEZ | Galerista

'No creo que haya un arte que se pueda catalogar como vasco'

Cuando en 1994 los responsables de El Diario Vasco llamaron a Lourdes Fernández para proponerle que se hiciese cargo de la galería de arte que el rotativo quería abrir en San Sebastián, ella se encontraba asentada personal y profesionalmente en Madrid. Trabajaba en la galería Malborough desde 1989, había tenido su primera hija (ahora tiene otro más) y su marido, al que había arrastrado a la capital, había encontrado un proyecto laboral que le entusiasmaba. La idea del diario le sonó extraña, pero tenía ese toque de riesgo que hizo que se le disparara la adrenalina y aceptase sin dudar. 'Dejé todo lo que tenía y me vine a San Sebastián con mi hija a poner ese proyecto en marcha. Mi marido tardó año y medio en sumarse a nosotras y nos mantuvimos yendo y viniendo', recuerda. En estos siete años, ha conseguido que el nombre de DV sea sinónimo de calidad y seriedad y que la galería haga de trampolín para los artistas vascos más innovadores.

Pregunta. ¿Qué es lo que le atrajo del proyecto de DV?

Respuesta. Yo puse como única condición para hacerme cargo de esto ser independiente, que se respetara mi elección. Y así ha sido. Era una historia muy interesante. En Euskadi había una cantera de artistas jóvenes espectacular, una cantera de calidad y de cantidad. Y la galería quería apostar por esa gente joven que necesita un trampolín para llegar a otros mercados. Eso fue lo que más me atrajo. Mi mayor satisfacción es ver cómo los artistas que han pasado por mi galería, mis chicos, despuntan y se lanzan.

P. Pero la galería no sólo se dedica a los jóvenes...

R. Hemos impulsado un trabajo con artistas de reconocido prestigio internacional, que es lo que le ha dado a la galería una cierta credibilidad profesional. Trabajar únicamente con gente joven no te da eso.

P. ¿Tuvo siempre claro que no quería cerrarse a un mundo de artistas jóvenes y vascos?

R. Yo nunca he creído que haya un arte vasco. Hay unos artistas vascos buenísimos. Y muchos de ellos reivindican una identidad, una estética, que surge de la tierra donde viven. Pero como cualquiera está condicionado por el lugar en que vive y por sus circunstancias. Nunca me ha gustado esa catalogación.

P. ¿Y cuáles son las circunstancias de Euskadi?

R. Lo que está pasando aquí en el terreno artístico ocurre por una serie de circunstancias que pasan por la Universidad del País Vasco en Leioa, pasa muchísimo por Arteleku, que es fundamental, y se remata con la DV a nivel de la proyección comercial, de sacar a los artistas a ferias e introducirlos en el mercado.

P. ¿A los artistas vascos les es más fácil trabajar fuera?

R. No, aquí el artista joven está muy protegido, tiene muchas ayudas, y tiene Arteleku.

P. ¿Hay coleccionistas en Euskadi?

R. En el mundo del arte hay una gran descompensación. Hay artistas como champiñones, y muchos buenos, y hay poquísimos coleccionistas. En España estamos a años luz de Europa; el coleccionismo es mínimo. En Euskadi existe un coleccionismo muy joven y, por tanto, con poco nivel adquisitivo y poco preparado.

P. ¿Quién considera que es el artista guipuzcoano más sobresaliente?

R. Cristina Iglesias. Lo que pasa es que ella se ha hecho su carrera fuera de aquí.

P. ¿Y entre el catálogo de su galería?

R. El caso más espectacular es Manu Muniategiandikoetxea. Le conocí al abrir DV. Ese año le llevamos a Arco con cinco cuadros. El mismo día de la inauguración, los vendimos todos. Ha ganado todos los premios imaginables, ni sé hasta dónde puede llegar. Ahora va a trabajar con una galería en Madrid, así que ya no está con nosotros.

P. ¿Y de los que le quedan?

R. Quienes están en una situación más privilegiada son José Ramón Amondarain y Alberto Peral. Llevamos seis años trabajando con ellos.

P. ¿Es importante exponer fuera del País Vasco?

R. La endogamia es muy mala para el arte. Ser el mejor artista del País Vasco, o de Extremadura, es un horror.

P. ¿Qué significa la feria Arco para su galería?

R. Todo. Arco, puede tener muchas cosas cuestionables, pero para una galería de periferia es la oportunidad anual de estar en Madrid. Si no estás en Arco, entonces sí que no existes.

P. ¿Qué hace falta para ser una buena galerista?

R. Lo fundamental es entender el mundo del arte, que te apasione. Y para llegar a entenderlo, lo que hay que hacer es ver mucho arte.

P. ¿Se precia de tener ojo clínico con el arte?

R. No, soy de las que se lo ha trabajado, ojalá yo tuviera ese ojo natural. Mi ojo es más educado. Ha sido a base de ver y ver y ver. Y he aprendido mucho de los propios artistas.

PERFIL

Lourdes Fernández dirige desde 1994 la galería de arte DV en su ciudad natal, San Sebastián. Para volver ahí pasó por Barcelona, donde estudió Historia del Arte; Florencia, donde hizo un curso en museología; el Museo D'Orsay de París, y Madrid, donde trabajó en la prestigiosa galería Malborough

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