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Crítica:DORMIR | LA BUENA VIDA
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Piedra y cal en la medina rondeña

LA CASONA DE LA CIUDAD, un hotelito con patio de columnas y jardín

Una cancela de hierro con videoportero guarda la entrada. Esta exégesis del siglo XXI tiene su fundamento en una típica casa de piedra y cal de la medina rondeña, cinco veces centenaria y otras tantas habitada por notorias familias de la serranía malagueña, como la del torero Antonio Ordóñez. Transformada recientemente en hotelito, La Casona de la Ciudad suple los inconvenientes del tránsito por el casco antiguo con un aparcamiento limitado al uso exclusivo de sus huéspedes, lo cual es digno de consideración durante la temporada alta.

La espina dorsal de la construcción es el patio interior columnado. Además de albergar la recepción, sirve de distribuidor y punto de enlace entre el salón de estar, el comedor y el jardín. Decorada con antigüedades, óleos y diversas plantas de interior, la pieza principal de la casa invita a entrar y curiosear entre las viejas fotografías de familia o los anaqueles repletos de libros.

LA CASONA DE LA CIUDAD

Categoría oficial: dos estrellas. Dirección: Marqués de Salvatierra, 5. 29400 Ronda (Málaga). Teléfono: 952 87 95 95. Fax: 952 16 10 95. Internet: www.lacasonadelaciudad.com. Instalaciones: garaje, jardín, piscina, salón con chimenea, bar, comedor. Habitaciones: 3 individuales, 4 dobles y 2 'suites'; todas con baño, aire acondicionado, calefacción, teléfono, minibar, TV vía satélite, secador y albornoz. Servicios: algunas habitaciones para discapacitados, no admite perros, alquiler de caballos. Precios: 90,15 euros (15.000 pesetas) + 7% IVA; desayuno, 9,02 euros (1.500 pesetas) + 7% IVA. Tarjetas de crédito: American Express, Diners Club, MasterCard, Visa, 6000. Arquitectura ... 8 Decoración ... 7 Estado de conservación ... 7 Confortabilidad habitaciones ... 8 Aseos ... 8 Ambiente ... 9 Desayuno ... 5 Atención ... 9 Tranquilidad ... 8 Instalaciones ... 7

Respecto al comedor, el turno de mayor actividad coincide con el servicio de desayuno, centrado en el jamón ibérico y la bollería casera, aunque modesto en calidad y variedad de productos. No se ofrecen cenas propiamente dichas, pero el huésped puede encargar antes de las 18.00 unos platos a la carta para evitarse el callejear de noche en busca de mesa y mantel.

Nada comparable, sin embargo, con solazarse a media tarde en el elegante jardín, sembrado de pinsapos, pinos y otros arbustos autóctonos, con una piscina recoleta al fondo.

A él se abren casi todas las habitaciones, elegantes y, a la vez, naturales. Encaladas, y algunas en tonalidades añil, albero o almagra. Exigentes en su formalismo de anticuario, cordiales con las texturas artesanas. Especialmente, las junior suites del primer piso, más amplias y con terraza propia volada sobre el jardín. Visibles a ras de calle, las habitaciones individuales visten también mobiliario añejo, telas estampadas de buen porte y tabiques pintados en luminosos colores. Desde sus ventanas de rejería se pela la pava, se cose y canta o se ronda.

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'He buscado por todas partes la ciudad soñada, y al fin la he encontrado en Ronda'. Como tantos viajeros, Rainer María Rilke buscó inspiración entre estos callejones para componer algunas de sus conmovedoras elegías. Las piedras de nuestra ciudad.

ALREDEDORES

EL PASADO histórico de Ronda late en todos sus rincones. Y no es un tópico. Un paseo por la ciudad permite descubrir la entalladura del tajo y sus puentes; el edificio del Ayuntamiento (hoy convertido en parador), junto al abismo; la plaza de toros, donde surgió una escuela legendaria de matadores; el museo de los bandoleros, en la calle principal; el palacio del Rey Moro, junto a las primitivas murallas, y los baños árabes del siglo XIII, además de los miradores para ensimismarse contemplando la serranía.

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