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Rabanera y el PSE recalcan que no han necesitado 'trampas' para rechazar las enmiendas al presupuesto de Álava

El rechazo de las enmiendas a la totalidad presentadas por PNV, EA, IU y Batasuna a los presupuestos de la Diputación alavesa estaba tan cantado gracias al acuerdo suscrito por el equipo de gobierno de Ramón Rabanera (PP-UA) con el PSE, que los grupos usaron ayer el pleno para trasladar a las Juntas Generales debates ajenos a las cuentas provinciales. Los paralelismos entre la situación alavesa y la del Gobierno vasco fueron permanentes. El portavoz socialista, Juan Carlos Prieto, señaló que mientras en las Juntas se sacaban adelante las cuentas 'con toda la legitimidad' que les dan las urnas, en el Parlamento vasco su presidente, Juan María Atutxa, había recurrido al Reglamento para 'dar un pequeño golpe de Estado'.

Rabanera subrayó en un acto público posterior que la votación en la que se han rechazado las enmiendas a la totalidad 'se ha hecho sin trampas' y respetando las 'reglas de juego'. Asimismo destacó que la Diputación alavesa es la única gran institución de la comunidad autónoma que ha contado con presupuestos durante los tres años de legislatura y aseguró que le hubiera gustado llegar a un acuerdo con el PNV, 'pero ellos', dijo, 'andan encerrados en otra cosa'.

En la sesión, el portavoz del PNV calificó las cuentas para 2002 como 'las peores de la historia' al haber reducido la capacidad inversora y haber incrementado la deuda. Los demás partidos nacionalistas insistieron también en la ausencia de inversiones procedentes de Madrid y tildaron el proyecto como 'de confrontación'. IU, que el jueves intentó acercar posturas con el equipo de gobierno, afirmó que los presupuestos no responden a la situación de desaceleración económica que vive la provincia.

Mientras el presupuesto de la Diputación cubre los últimos trámites para su aprobación definitiva, en el Ayuntamiento de Vitoria la negociación entre PP y PSE atraviesa por su 'fase definitiva', según indicó ayer el alcalde, Alfonso Alonso. Las conversaciones, precisó, están cerca de su conclusión, aunque las calificó de 'complejas'. La parte socialista ha fijado la última semana del año como fecha tope para cerrar un acuerdo, pero Alonso no se atrevió ayer a marcar un horizonte temporal.

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