Realojos
En el año 1980 fuimos realojados provisionalmente en viviendas construidas para un uso no superior a cinco años, situadas en la avenida de Guadalajara de Madrid. Buena parte de ellas fueron ocupadas por familias que tenían sus barriadas en proceso de remodelación por el Ivima.
Las pocas viviendas modulares sobrantes fueron adjudicadas a vecinos de distintas zonas de Madrid que no teníamos viviendas. Nos fueron adjudicadas con la condición de que, al terminar las remodelaciones de los distintos barrios de Madrid que en aquellos tiempos edificaba el Ivima, obtendríamos una vivienda digna con carácter definitivo en el mismo barrio que habíamos residido toda la vida.
Según fueron terminando las viviendas definitivas, empezaron a asignar a los realojados en sus viviendas, mientras las 'modulares' fueron quedando vacías, no tardando mucho en ser ocupadas estas viviendas por familias muy conflictivas y en situación límite.
En breve espacio de tiempo, la zona donde vivíamos se había convertido en un auténtico gueto de tráfico y consumo en la zona de heroína, robos en casas y en las vías públicas adyacentes, acumulación de basuras por toda la zona, ya que ni los servicios de limpieza, de gas, luz, se atrevían a pasar regularmente por allí; plagas de cucarachas, ratas por el día caminando plácidamente, reyertas por el control de la droga, en fin, todo un apocalipsis que jamás podremos transmitir con palabras. Aún me estremezco al escuchar los petardos de Navidad, ya que me recuerdan los tiros de aquel foco de San Blas, donde se podían sentir éstos por debajo de la habitación donde dormía. Nuestras casas, los últimos cinco años, entre 1985 y 1990, fueron auténticas cárceles: cerraduras en las ventanas, rejas... todo por el ambiente hostil que nos rodeaba.
Durante los últimos cinco años tuvimos diferentes conversaciones con el Ivima. En el año 1990 nos fueron adjudicadas con carácter definitivo las viviendas que hoy ocupamos. Y no fue hasta 1996 cuando el Ivima contactó con nosotros, a través del jefe de Negociación, que nos remitió una carta donde no reconocía nuestra antigüedad en la fase de remodelación.
Por todo ello, suplicamos que el Ivima mantenga su promesa de equiparar nuestros derechos adquiridos al resto de vecinos de nuestro barrio y que nos sea reconocida la antigüedad de 10 años de nuestra permanencia en módulos de la avenida de Guadalajara. Pedimos también que intercedan por nosotros ante los organismos pertinentes para una justa resolución de este caso, donde el artículo 14 de CE sea aplicable en toda su extensión y derecho.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.