¿Ha habido justicia en lo de Gescartera?

Veo de nuevo, en el diario EL PAÍS de fecha 10 de diciembre, que seguimos a vueltas con el famoso caso de Gescartera. No me atrevería a escribir si una de las decisiones tomadas por el Gobierno me pareciera exenta de toda justicia. Me explico.

Se ha aprobado una ley en la que a todos los 'perjudicados' se les devolverá el importe invertido hasta un máximo de 20.000 euros. Cuando, en un principio, este planteamiento lo realizó el señor Rodrigo Rato, lo primero que me pregunté fue: ¿será tan generoso el señor ministro de pensar pagarlo con su propio peculio o con el de sus múltiples empresas? Después me vino la desilusión cuando comprobé que, como siempre, ese dinero iba a salir de mi bolsillo y del de otros cuantos.

Volviendo a los 'perjudicados', me gustaría aportar mi granito de arena en cuanto a experiencia en el sector bancario y afirmar tajantemente que ningún gestor comercial se deja 'arrebatar' un duro sin lucha ardua, y que cualquiera que retire depósitos de una entidad para invertirlos en otra cuya rentabilidad es alarmante está perfectamente avisado de los riesgos que corre.

Todas las entidades de crédito aportan una cantidad para que, llegado el caso de que cualquiera de ellas no puede devolver a sus depositantes el dinero invertido, el fondo de garantía cubriría hasta los famosos 20.000 euros. En este aspecto pueden hacer lo que quieran, puesto que es con dinero propio, pero lo que no considero como justo es que las devoluciones se hagan con el dinero de todos los españoles. Y, para ir aún más lejos de lo justo, considero mofa, befa y escarnio que presenten también su reclamación los ex directivos de la agencia y todos los señores Giménez-Reyna. Sería de guasa que encima yo les diera dinero.-