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Interior abrirá un expediente a los vecinos por protestar en la puerta de Hontza

Nueve toxicómanos fueron atendidos en Hontza bajo fuerte protección policial la primera noche

El País

Los primeros toxicómanos entraron al centro de atención Hontza (búho) a las 22.45 del lunes, cinco minutos después de que un cerrajero abriera la puerta, forzada por enésima vez. Unos 250 vecinos, según un mando de la Ertzaintza presente, les recibieron con protestas e insultos a las puertas del local, en el barrio La Peña de Bilbao. Alrededor de 30 ertzainas antidisturbios hicieron un cordón de seguridad en torno al centro, que gestiona Cáritas y subvenciona el Ayuntamiento. Nueve drogodependientes pasaron la noche en la primera jornada tras la reapertura.

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Los vecinos opuestos a que su barrio aloje un centro para toxicómanos han convocado concentraciones diarias, coincidiendo con la hora de entrada de los usuarios de Hontza. El lunes por la noche incumplieron la recomendación del Departamento de Interior de que se concentraran a 100 metros del centro, para no obstaculizar la entrada y evitar altercados. Como se agolparon a pocos metros del local, Interior tiene previsto abrir un expediente administrativo a los convocantes por vulnerar la Ley de Seguridad Ciudadana, según explicó un portavoz de la consejería.

Los toxicómanos sin arraigo social o familiar que deambulan por Bilbao y duermen tirados en la calle tienen desde el lunes dos lugares donde cobijarse; en el recién ampliado local de la Comisión Ciudadana Antisida de Vizcaya, durante el día, y en el reabierto Hontza, por las noches. En ambos locales pueden, además de intercambiar jeringuillas usadas por nuevas -consumir drogas está prohibido-, recibir atención sanitaria elemental, tomar un refrigerio o ducharse.

Una treintenta de toxicómanos sin techo acudió el lunes a estrenar los nuevos servicios de la comisión antisida, según fuentes de la ONG. Seis de ellos se dieron una ducha, hubo siete coladas, quince tomaron algún refrigerio y uno tuvo que ser acompañado al hospital. Nueve de ellos fueron derivados a Hontza.

Los primeros toxicómanos que acudieron al centro nocturno Hontza llegaron en coche hasta el barrio pero tuvieron que caminar los últimos metros, acompañados por voluntarios y personal de Cáritas, porque la concentración vecinal impedía el paso de automóviles.

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'Iros a [el monte] Artxanda, allí estaréis bien', 'No es caridad, es imposición' o 'No somos cuatro, somos todo el barrio', fueron algunos de las consignas gritadas por los vecinos. No se registró ningún incidente, aunque sí algunos momentos de tensión. Entre los que protestaban hubo quienes se esforzaron por calmar a los más alterados. Junto a la Ertzaintza, varias patrullas de la Policía Municipal vigilaron la zona. La protesta concluyó a medianoche, como estaba previsto. Un retén policial permaneció allí.

Azkuna pide 'un esfuerzo'

El alcalde de Bilbao, Iñaki Azkuna, compareció ayer para insistir en que su apoyo al proyecto de Cáritas es firme. El regidor calificó de 'desproporcionada' la respuesta contra Hontza y pidió a los vecinos un 'esfuerzo de un año' -el servicio se trasladará a la iglesia de San Antón en Año Nuevo de 2003- porque, aseguró, el servicio que allí se ofrece es 'sobre todo un sitio donde descansar' y además 'entra dentro del sentido común'. La ararteko, Mertxe Agúndez, recomendó la reapertura.

El alcalde recordó que el compromiso entre el consistorio y Cáritas incluye la invitación a representantes de los para participar en una comisión que supervise el funcionamiento de Hontza. Hasta ahora la han declinado. También recordó Azkuna que ha habido 'al menos cinco reuniones' entre las tres partes implicadas y que el Obispado, 'con el apoyo del Ayuntamiento, se ha mojado', en referencia al traslado a San Antón y a la concesión de limitar la entrada de los toxicómanos entre las 22 y las 23. También se decidió que los usuarios abandonen acompañados la zona donde se ubica el centro.

Azkuna admitió ayer que al principio Cáritas y el Ayuntamiento 'ofrecieron poca información [sobre la apertura de Hontza y sus servicios]', pero insistió en que desde entonces 'algunos [los vecinos] no se han movido y nosotros, sí'.

El servicio Hontza funcionó durante 14 noches en julio. Cáritas decidió, entonces, cerrarlo temporalmente ante la fuerte contestación vecinal.

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