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Crítica:ÓPERA
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Llámalo sueño

En un clima de justificada expectación se representó ayer por primera vez en el Real Così fan tutte, el cuento moral más enigmático y de música más cristalina de Mozart. Que haya tardado en llegar dice no poco de sociología lírica. La expectación se centraba en el debú operístico de Flotats; en el retorno de López Cobos al Real, en un momento en que es deseado como director musical del teatro; y, también, en la nueva situación creada con la dimisión del gerente, Juan Cambreleng. ¿Suponía este Così el final de una época o comienzo de otra?

Flotats y López Cobos pusieron las cartas boca arriba desde el primer momento: lectura intimista desde el sonido y las voces; profundización en el lado más escabroso y humano de la historia; alejamiento de toda pincelada bufa. El director teatral planteó la obra como un sueño de Despina lo que le permitía escaparse de una lectura al pie de la letra. Desde las primeras escenas señaló las claves del juego infernal: con las cartas o los dados, con la inmersión de los personajes masculinos en un simbólico infierno. Alrededor de Despina, la vida continuaba. El sueño alcanzaba una dimensión visionaria. Desde la Revolución francesa, en cuya época está escrita la obra, a otras revoluciones más modernas con la industrialización y los movimientos sociales. En el momento, por ejemplo, en que Don Alfonso sale victorioso de su apuesta perversa y canta señalando al público 'Así hacen todas', se despliegan al fondo unas pancartas con el letrero 'Así hacen todos', y de paso se reivindica la igualdad en los derechos de la mujer con unos compases de La Internacional. Sí, La Internacional en el Real.

Così fan tutte

Dramma giocoso en dos actos de Mozart, con libreto de Da Ponte. Director musical: Jesús López Cobos. Director de escena: Josep María Flotats. Con Véronique Gens (Fiordiligi), Carmen Oprisanu (Dorabella), Charles Workman (Ferrando), Pietro Spagnoli (Guglielmo), Isabel Monar (Despina) y Alessandro Corbelli (Don Alfonso). Coro y Orquesta Sinfónica de Madrid. Nueva producción del Teatro Real y el Gran Teatre del Liceu de Barcelona. Teatro Real. Madrid, 9 de diciembre.

El recurso operístico de la ópera soñada no es nuevo. Ya el personaje de Senta soñó hace años El holandés errante en Bayreuth y corrieron ríos de tinta. La idea conceptual de Così es prometedora; la realización ambiental transforma el drama giocoso en un drama existencial y opresivo. Flotats tiene recursos teatrales suficientes para ir llevando la historia.

López Cobos se ciñe a los límites de la naturalidad en su manera de hacer ópera, acercándose a Mozart desde una mirada serena y una dimensión camerística. Pone los acentos justos para que sean los propios personajes los que transmitan mediante el canto sus conflictos. Se recrea en la belleza de una música sublime que él hace, curiosamente, cotidiana, con transparencia. Los cantantes se integran a la perfección en un planteamiento absolutamente coherente. Destacan Oprisanu y Gens. Workman, de voz no bella y algo artificiosa, cantó un aura amorosa en el filo de la navaja con una maestría y un gusto asombrosos. De todas formas, tuvo al final alguna protesta. López Cobos salvó con éxito su gran prueba madrileña. Con Flotats se produjo una fuerte división de opiniones.

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