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La APDH acusa a la prisión granadina de negar permisos

La prisión provincial de Granada deniega de forma 'sistemática y no motivada' el tercer grado penitenciario a internos que se encuentran en condiciones de gozar de un régimen de semilibertad, según denunció ayer en Granada la Asociación Pro-Derechos Humanos (APDH). El 56% de las quejas de los internos que ha recibido la asociación hace referencia a esa situación.

Inés López y Manuel Gámiz, miembros de la asesoría jurídica penitenciaria de la APDH, señalaron que la denegación de permisos por parte de los responsables del centro se debe esencialmente a la 'falta de instrumentos y de medios del equipo de tratamiento de la prisión', que no puede hacer un seguimiento individual de la evolución de los internos y, por tanto, dictaminar si es recomendable o no concederles el tercer grado.

Esta situación ha motivado, según explicó Manuel Gámiz, que muchos presos granadinos, con sus familias en la ciudad, hayan solicitado su traslado a otras prisiones porque saben que en otros centros sí podrán gozar de los beneficios del tercer grado.

Casos llamativos

Uno de los casos más llamativos expuestos ayer por la Asociación Pro-Derechos Humanos de Granada es la de un preso que padece una grave toxicomanía y que 'lleva más de cuatro años internado en el centro penitenciario y que ha recibido una única y breve visita del psicólogo del centro y ninguna del asistente social'. A este preso, según señaló Manuel Gámiz, se le 'sigue denegando su inserción en un tratamiento terapéutico de desintoxicación', lo que terminará condenándolo 'a una dependencia indefinida a la metadona'.

La asociación considera que la restricción de los permisos que realiza el centro, ubicado en Albolote, a unos siete kilómetros de la capital, es 'arbitraria', como lo demuestra el hecho de que el tercer grado le sea denegado a presos que proceden de otros centros en los que habían gozado del régimen de semilibertad sin ningún tipo de problemas.

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'Todo ello', afirma la asociación en un escrito hecho público ayer, 'genera terribles situaciones humanas que se nos han planteado, como la denegación de permisos y el tercer grado a presos con graves enfermedades (parálisis parciales, minusvalías de hasta el 67%, retrasados mentales), con familiares en estado crítico, o con enormes cargas familiares.

Otros aspectos que fueron puestos en evidencia ayer por la Asociación Pro-Derechos Humanos en Granada son la falta de tratamientos y de asistencia médica adecuada a los internos, algunas denuncias interpuestas por supuestos maltratos físicos o psíquicos por parte de funcionarios de prisiones, el no reconocimiento ni el abono de redenciones extraordinarias o el hecho de que no se facilite el acercamiento de los reclusos granadinos que están encarcelados fuera de la provincia.

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