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Entrevista:JUAN SAN MARTÍN | Escritor y miembro de Euskaltzaindia

'Las lenguas son muy anteriores a los partidos y a las ideologías'

Gran aficionado a la montaña, Juan San Martín (Eibar, 1922) publicó sus primeros escritos en la revista Pyrenaica. Desde entonces ha escrito 26 libros, ha sido secretario de Euskaltzaindia, ararteko y responsable de la oficina del Ombudsman europeo entre 1994 y 1995. Fue uno de los más firmes defensores de Koldo Mitxelena en su propuesta de unificación del euskera. Ayer recibió el reconocimiento de la Feria del Libro y Disco Vasco por sus años de trabajo a favor de la lengua vasca, una labor que siempre ha ligado al respeto de los derechos humanos. Tras el homenaje participó en una mesa redonda sobre Miguel de Unamuno, Sabino Arana y Resurrección María de Azkue.

Pregunta. ¿Cómo se inició su relación con la feria?

Respuesta. Las cosas en la época franquista no eran fáciles en cuestión de euskera. Yo incluso he sufrido persecuciones por defenderlo, porque ideológicamente soy independiente, pero comprendiendo bien que la lengua más antigua de España es el euskera. Siempre lo he defendido, aunque nunca he hecho nada contra el castellano. Todo lo contrario, también lo quiero y lo necesito. En aquel contexto tuve amigos en aquellas primeras ediciones. Uno de ellos era Leopoldo Zugaza [actual director del Photomuseum de Zarautz]. Desde entonces, he acudido a Durango siempre que he podido, aunque he de reconocer que lo del premio de este año ha sido para mí una sorpresa. No esperaba nada.

P. Entre Unamuno, Azkue y Sabino Arana, ¿con quién se queda?

R. Desde el punto de vista del euskera, el más importante fue Azkue. Sabino Arana trabajó mucho por el euskera y le dio un sentido de apoyo político, aunque a mí no me gusta politizar las lenguas, porque las lenguas son muy anteriores, siglos anteriores, a los partidos políticos y a las ideologías. Yo creo que hay que respetar todas las lenguas. Aunque yo era euskaldun, el interés por el euskera no me llegó hasta los 21 años. En el servicio militar tenía que hacer de traductor de aquellos que no dominaban el castellano y me dolía muchísimo ver cómo se burlaban de ellos por no saber esa lengua. También recuerdo cuando me decían 'hable usted en cristiano'. Desde entonces he tratado de defender el euskera, pero respetando las demás lenguas.

P. ¿Hasta qué punto podría ayudar la paz lingüística a la normalización social?

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R. Sin duda seríamos un pueblo más pacífico. Yo soy eibarrés y en mi cuadrilla la mayoría son del PSOE, aunque también hay algunos abertzales. Y nos hemos llevado siempre estupendamente. El intelectual de los socialistas durante la Guerra Civil, Toribio Etxebarria, era un gran amante del euskera. Hoy en día parece que esas posturas se están marginando.

P. ¿Cuál es el estado de salud de la literatura en euskera?

R. Va subiendo. Pero la politización de la lengua no me gusta, ni por unos ni por otros. Es más, algunos que se consideran patriotas le están haciendo mucho daño con la violencia. Hay que defender la lengua respetando los derechos de los demás. Eso es fundamental.

P. ¿De cuál de sus obras se siente más orgulloso?

R. Sin duda, de aquellas en las que hablo sobre los derechos humanos.

P. Con esa pasión por los derechos humanos guardará un especial recuerdo de su etapa al frente del Ararteko.

R. Sí. Guardo un recuerdo muy bueno. Nos llevábamos muy bien entre todos los defensores. PNV y PSOE me insistieron mucho para que aceptara el cargo y, aunque yo no era un hombre de Derecho, lo acepté.

P. Siendo eibarrés e hijo de armero, ¿cómo no trabajó en la fabricación de armas?

R. Mi padre quería que fuera armero y yo le decía que no, que no iba a hacer escopetas para matar pájaros, y pistolas, peor todavía. En el monte no mato ni culebras.

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