Memoria gráfica de un club histórico
Manu Cecilio recorre en un libro la historia del Athletic en imágenes que comenzó su padre y siguen sus hijos
Manu Cecilio verá hoy cumplido su trabajo de los últimos ocho años con la puesta a la venta del tercer volumen de la Antología fotográfica del Athletic. Sus 1.001 imágenes son el fruto de la historia fotográfica de tres generaciones que han dedicado su vida a plasmar la trayectoria del club bilbaíno. Desde Pichichi a Ismael Urzaiz, estas páginas reflejan una dedicación profesional al equipo que va más allá y se mezcla con la emoción del aficionado, de quien ha seguido los pasos del Athletic desde que tiene uso de razón fotográfica.
Eso ocurrió a los 16 años, cuando todavía llevaba pantalones cortos. Ahí está la fotografía en la que aparece en la banda de San Mamés, junto con otros compañeros, estos sí, en pantalón largo y gabardina. Comenzó firmando como Cecilio junior, 'hasta que el gobernador civil me obligó a cambiar el nombre porque no era una palabra española', recuerda quien a partir de entonces fue Cecilio hijo.
'Mi mejor recuerdo son los recibimientos multitudinarios tras las victorias de Copa'
'En aquellos tiempos, no teníamos los teleobjetivos que se llevan ahora y nuestra labor era captar los goles en una u otra portería. Mi padre, claro, estaba en la del equipo contrario, mientras que yo me encargaba de cubrir primero a Carmelo y luego a Iribar', explica.
Pero también hubo ocasiones en las que, por no cambiar de campo, le tocó vivir los goles que marcaba en el segundo tiempo aquella delantera mítica formada por Iriondo, Venancio, Zarra, Panizo y Gainza. Si una cosa ha tenido clara el fotógrafo bilbaíno a la hora de pergeñar su libro es que no se iba a centrar ni mucho menos en las figuras del club. 'Este recorrido quiere rescatar la memoria de los cientos, miles de jugadores que han pasado por su equipo, entrenadores, directivos, etcétera', puntualiza.
La selección de estas imágenes comenzó con un fondo de 30.500 negativos. Todos ellos se encuentran en la oficina de Telepress, la agencia que fundó cuando cerró La Gaceta del Norte, después de pasar un año por la redacción de Deia. Allí, en el cuarto de las reveladoras, han sido infinitas las horas que ha pasado revisando la colección que comenzó su padre en el año 1924 y que han concluido los hijos.
Las primera criba dejó las imágenes en 6.500, pero los editores del Grupo Correo estimaron que era un número excesivo y le pidieron otra selección más que terminó en las 1.001 que recogen los tres álbumes. Una labor dolorosa porque 'ha dejado en el tintero muchas instantáneas emblemáticas del Athlétic, pero era la única manera de sacar adelante la publicación', aclara Cecilio.
Los pantalones largos los estrenó en 1954, un año después de entrar en la profesión. Y coincidió con un momento significativo en su vida, la final de la Copa en el estadio de Chamartín, ahora Santiago Bernabeu, que ganó el Athletic al Sevilla por un gol a cero, que marcó Uribe.
Manu Cecilio prefiere aquella época. 'Quizás sea por la nostalgia lógica por los tiempos pasados, pero mis mejores recuerdos están en los regresos de las victorias de Copa, cuando los jugadores entraban en Bilbao en autobuses o camiones por Bolueta. Desde allí hasta el Ayuntamiento, un mar de gente se cruzaba y animaba al equipo con una pasión irrepetible', recuerda.
También la relación con los jugadores y el resto del club era más calurosa. El vestuario no se había convertido en un selecto racimo de estrellas y hasta se podía retratar al masajista recuperando los músculos de un delantero o era posible entrevistar a los jugadores a pie de ducha. 'El gran corte en esta relación llegó con Ronnie Allen, quien además de traer la innovación al juego del equipo, introdujo una nueva relación más distante con los medios de comunicación', comenta Cecilio, quien fue uno de los afectados por este nuevo trato.
Al final, el entrenador inglés fue destituido, Salvador Artigas tomó el relevo, y las aguas se calmaron, pero ya nada volvió a ser igual. También influyó en el cambio de relación el mayor poder adquisitivo de los jugadores, que provocó cierto alejamiento de los periodistas. Pero Manu Cecilio continuó siguiendo sus andanzas en San Mamés y en los campos de España y Europa, como cuando llegaron a la final de la UEFA con una alineación en la que se encontraban Iribar, Sáez, Rojo o Larrauri.
Entonces, el equipo que llevaba podía pesar hasta 40 kilos, como ocurría cuando se tenían que desplazar a la Vuelta a España o el Tour de Francia. 'La gran revolución ha sido la fotografía digital, que nos ha permitido olvidarnos del telefoto, el transmisor con el que envíabamos nuestro trabajo a la redacción', explica quien, a punto ya de jubilarse, habla ahora de megabites y telefonía móvil como un experto.
Todo esto aparece resumido en esos tres tomos de imágenes históricas del Athletic, pero el único superviviente en activo de los que 'fundaron' Lezama también ha trabajado en otros campos informativos. A falta de unos meses para la jubilación, Manu Cecilio piensa en el tiempo que tendrá para rebuscar en su archivo infinito y preparar nuevos proyectos que retraten la historia de Bilbao.
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