El estanque del Retiro, entre vallas

Los visitantes que estos días acuden al parque del Retiro tienen que echar mano de la imaginación para intentar descubrir qué hay detrás de las altas vallas opacas que rodean al estanque del parque. El pasado mes de septiembre fue vaciado para poder limpiarlo. Y lo que pueden ver los curiosos es, precisamente, el estanque vacío: sin barcas, sin restos de bocadillos flotando en el agua y sin carpas intentando comer las sobras de los que pasean por el Retiro.

Los trabajos, que está previsto que acaben este mes, servirán para arreglar el estanque del parque, que perdía 5.000 litros de agua al día a causa de las grietas y de las filtraciones. Las casi 1.500 carpas que vivían en él (carpa común, carpa royal y carpines) fueron trasladadas a la piscifactoría municipal de Viveros. Cuando el estanque esté listo, una parte de los peces volverá al Retiro y otros serán enviados a dos enclaves del río Tajo, cercanos a la localidad de Aranjuez, y a unas lagunas de Collado Villalba.

Los que no volverán serán los miles de objetos que salieron del fondo del estanque cuando terminó su vaciado. Los operarios de la Concejalía de Medio Ambiente encontraron bicicletas, colchones y muebles, y hasta las cenizas de un difunto dentro de una urna funeraria.