Los asesinatos de niños en Kabul destapan un tráfico de órganos humanos
Nadie parece saber quién secuestró a Maqbula y Roma, ni tampoco por qué fueron asesinadas de una manera tan brutal que llegó a sobrecoger a una ciudad como Kabul, donde las posibilidades de morir se multiplican. Alguien se llevó por la fuerza y asesinó a estas dos pequeñas niñas afganas, ambas con cuatro años, les arrancó los ojos y, en el caso de Roma, también sus riñones, según han contado sus familiares. Cuando todavía estaba bajo el dominio de los talibán, el misterio de los asesinos esparció el miedo por toda la ciudad de Kabul y el temor de que unos secuestradores que traficaban con órganos humanos estuviesen merodeando por la ciudad. La agencia Reuters difundía ayer las fotos de la madre y una hermana de Maqbula.
Roma desapareció hace cuatro meses cuando jugaba enfrente de su casa por la mañana. Cinco noches más tarde un coche dejó allí tirado, en el mismo sitio donde jugaba, su cuerpo sin vida, dice Najibullah, pariente de la pequeña. 'No tenía ojos y habían desaparecido sus riñones. Nos era imposible mirar con detalle qué más le faltaba', añade. Su pecho había sido cortado y luego cosido con hilo quirúrgico, asegura.
Informaciones no confirmadas, han diseminado un incendiario rumor en esa devastada ciudad según el que habrían sido encontrados muchos niños en el mismo estado que Roma, que habrían tenido idéntico destino. A finales de agosto, una información de la radio talibán aseguraba que varios hombres, vestidos con burkas, fueron detenidos por intentar raptar a un niño. Con pocos detalles, la información decía que miembros de la banda habían confesado el secuestro de 60 niños en Kabul, que habrían sido enviados al extranjero a cambio de 16.500 dólares (más de 3 millones de pesetas). 'Tenemos poca información de cómo y con qué propósito los secuestradores fueron detenidos fuera de la frontera afgana', comentaba un reportero de la BBC.
Y son muchos los que se preguntan por qué no han sido ejecutados los detenidos y sospechan que la información de su detención es falsa y que los talibanes pretendían calmar a la población. En septiembre, la Alianza del Norte aseguró que los niños habían sido asesinados por una banda de traficantes paquistaníes compinchada con una unidad de los talibanes.
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