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EXPOSICIONES | DÍAS DE OCIO

El Palacio Real muestra el Belén del Príncipe, con figuras del XVIII

La cercanía de la Navidad supone, entre otras cosas, el rescate del belén del lugar donde permanece almacenado el resto del año, con el fin de lucirlo durante unas semanas en el mejor lugar de la casa o la institución de que se trate. El Palacio Real, el antiguo Cuartel del Conde Duque y el centro cultural Puerta de Toledo han sacado ya los suyos y se los mostrarán a los visitantes hasta el mes de enero. El más valioso es el Belén del Príncipe, una joya del siglo XVIII redecorada por expertos de Patrimonio Nacional para conmemorar la primera Navidad del nuevo milenio.

Está expuesto en el Palacio Real y, aparte del valor propio de las figuras, tiene la importancia de la tradición. 'El Belén del Príncipe fue conducido directamente desde Nápoles hasta España por Carlos III, en 1760. Lleva ese nombre en alusión a su hijo Carlos IV, entonces príncipe de Asturias', explica la comisaria de la exposición, María Jesús Herrero.

El paso del tiempo ha hecho mella en el número de figuras que representan el nacimiento de Jesús. 'En un principio, el belén contaba con 5.950 figuras, pero con el tiempo el número se ha visto reducido en gran medida', admiten los organizadores. Con más o menos ingredientes, el Belén del Príncipe tiene el interés testimonial de que fue el causante de que los españoles se decidieran a colocar réplicas de mayor o menor tamaño en las casas. Las figuras de este belén son las usuales, pero fabricadas en Italia, Valencia y Murcia. El montaje alude al ideal belenista de hace tres siglos: 'Mostramos las figuras del siglo XVIII en el contexto de la arquitectura palaciega, gracias a las columnas, los arcos y las esfinges, que contribuyen a destacar la teatralidad y el clasicismo', destacó la comisaria.

Tres en el Conde Duque

La Asociación de Belenistas de Madrid, por su parte, ofrece tres belenes, cada cual más impresionante, en el antiguo Cuartel del Conde Duque: uno de 32 metros cuadrados; otro, que es circular, con lo que permite su contemplación desde cualquier punto, y uno construido sobre una talla policromada de tres metros cuadrados. Como curiosidad, la Asociación de Belenistas ha incluido nueve dioramas (lienzos transparentes pintados de manera distinta por cada cara para que, al iluminarlos alternativamente, cambie el espectáculo representado) alusivos a distintas escenas navideñas, con vestimenta regional incluso -trajes madrileño, catalán y riojano- y lugares emblemáticos como la plaza de la Villa de Madrid.

Y en la sala de la Paloma del centro cultural Puerta de Toledo, el mismo colectivo ha confeccionado un belén de corcho, una réplica del que existe en el gabinete de prensa del Vaticano, y uno más pequeño que se sorteará entre los visitantes a través de una rifa benéfica.

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