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Reportaje:

Una 'isla' cántabra en Euskadi

Un pueblo de Cantabria enclavado en Vizcaya se siente marginado y pide ayuda al Rey

El alcalde de Villaverde Trucíos, una tranquila isla cántabra dentro de Vizcaya (372 habitantes, de ellos casi la mitad mayores de 65 años, 20 kilómetros cuadrados de superficie, a sólo 35 kilométros de Bilbao y 80 de Santander), se dispone a pedir audiencia al Rey de España para solicitar que le apoye a la hora de exigir más inversiones del Gobierno cántabro.

Esta medida fue aprobada en un pleno extraordinario gracias a la mayoría absoluta con la que cuenta Pedro María Llaguno, el regidor, que ganó las últimas elecciones municipales como independiente en la lista del ya extinguido partido del ex presidente cántabro Juan Hormaechea, la UPCA.

Llaguno no informó al Gobierno regional de Cantabria, ya que está muy molesto porque su presidente, Joaquín Martínez Sieso, del PP, no le recibe desde febrero pasado. 'Lo mismo que se está a las maduras hay que estar a las verdes', comentó.

En los últimos años en Villaverde (el Ayuntamiento tiene 30 millones de presupuesto) se han invertido más de 500 millones llegados no sólo de la Diputación provincial sino también de la Unión Europea. Pero las obras de saneamiento no han concluido y el abastecimiento de aguas, aun mejorado, no es suficiente. Además hace sólo unos meses cerró el colegio público para escolarizar a 30 niños en centros radicados en Vizcaya donde, si las familias acceden, pueden también aprender euskera. Los teléfonos de este pueblo son los únicos de toda Cantabria que comienzan con un 946, correspondiente a Vizcaya.

'Nos quejamos de que la Diputación parece no tomarnos en serio', protesta Llaguno. 'Se promete incluir inversiones en los presupuestos regionales que luego no se ejecutan en el ejercicio o se fraccionan de forma que los proyectos tardan dos o tres años en llevarse a cabo. A menudo he oído quejarse a consejeros de que reciben presiones de otros ayuntamientos con mayor censo y no tienen más remedio que atenderles. Yo me pregunto ¿qué culpa tenemos de ser tan pocos, cada año menos?'.

A pesar de todo, Villaverde de Trucíos ya no pretende, como antaño, su anexión al País Vasco. En 1986 en un pleno municipal se llegó a solicitar un referéndum. Pero sucesivas sentencias del Tribunal Constitucional y del Supremo confirmaron el carácter cántabro del enclave. Por entonces la Diputación Foral de Vizcaya hasta incluía en sus presupuestos una reserva para atender la posible anexión. De ese dinero vasco llegó también a beneficiarse Villaverde en determinados servicios públicos. Eran tiempos en que, como recuerda el alcalde, el abandono del municipio por el Gobierno cántabro era casi absoluto.

Pero eso cambió, y el presidente Martínez Sieso señala que el paso dado por el alcalde, quien admite que tal vez se llegue a un acuerdo, no está justificado dada la cuantía de las inversiones llevadas a cabo por su Gobierno.

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