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Reportaje:

'La ocupación de la tierra sigue siendo la única solución'

Izabel Rodrigues recoge en Barcelona el premio Alfons Comín concedido al Movimiento de los Sin Tierra de Brasil

Izabel Rodrigues Lopes Filha ha conocido el hambre, la miseria y la desesperación en la que hoy viven más de dos millones de campesinos de Brasil: los denominados sem terra (sin tierra). Nacida en 1967 en el seno de una familia campesina de Marabá, en el estado de Pará, Izabel Rodrigues se enroló en 1992 en el Movimento dos Trabalhadores Rurais Sem Terra (MST), que lucha desde hace 17 años contra el latifundismo con una única arma: la ocupación de la tierra yerma.

Hoy, Rodrigues vive de lo que produce en un pedazo de tierra ocupado, en el asentamiento de Palmares, como lo hacen ya en Brasil 350.000 familias campesinas, que suman un millón y medio de personas.

Izabel Rodrigues, que ayer estuvo en Barcelona para recoger, en nombre del MST, el XVIII premio Alfons Comín, explica que la Constitución de Brasil, el segundo país del mundo con mayor concentración de tierras -el 55% de la tierra está en manos de grandes latifundistas que poseen propiedades del tamaño de Cataluña o Bélgica-, contiene una ley de reforma agraria que el Gobierno de Fernando Henrique Cardoso 'ignora totalmente'.

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Auspiciado por el sector de la Iglesia cercano a la teología de la liberación, este movimiento campesino no sólo lucha para acabar con el latifundismo, sino para avanzar en la democratización del país. 'Miembros del movimiento visitan las familias pobres y las invitan a ocupar tierras para salir de la miseria', explica. 'Pero nuestro objetivo', agrega, 'no se limita a la lucha por la tierra y la reforma agraria. La educación, el acceso a la sanidad, la participación democrática son también fines que busca nuestro movimiento'.

En su primer congreso, en 1985, el movimiento de los sin tierra eligió un lema que rezaba: La ocupación es la única solución. 'El tiempo nos ha demostrado que, efectivamente, este tipo de lucha es la única solución para que los campesinos sin tierra dejen de pasar hambre', afirma Izabel Rodrigues, miembro de la dirección nacional del MST. La ocupación es la solución, aclara, cuando la vía de la reivindicación y la negociación con el Gobierno no da frutos. O cuando las protestas son duramente contestadas con represiones policiales: En el año 2000 murieron 11 miembros del MST a manos de la policía y de pistoleros.

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Masacres

Y son tristemente famosas las masacres de Corumbiara, en 1995, y la de Eldorado dos Carajás, en 1996, de la que Izabel Rodrigues es superviciente. 'En aquella tarde de septiembre 19 campesinos fueron asesinados, 69 mutilados o gravemente heridos y otros siete están desaparecidos', recuerda. 'Llevábamos dos días negociando con el Gobierno porque queríamos la expropiación de unas tierras que habíamos ocupado, pero mientras esperábamos una respuesta concentrados en la carretera , fuimos acorralados por la policía y su actuación fue terriblemente cruel', añade.

La particular lucha del MST en favor de la reforma agraria no es considerada 'un crimen' por algunos tribunales, entre ellos el Supremo de Brasilia, pero muchos jueces, comprometidos con el latifundismo, ordenan expulsiones de las tierras ocupadas. Mientras, el Gobierno de Cardodo anuncia, a través de campañas publicitarias, que llevará adelante la reforma agraria, pero, según el MST, 'no mueve un dedo y ofrece una visión del país que no se corresponde con la realidad'.

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