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EL ENREDO
Columna
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El Pepediario

1. 'Hoy es martes, 27 de noviembre, y apenas falta una hora para que José María Aznar llegue a Washington'. Qué susto: al oír a Alfredo Urdaci en TVE tuve la impresión de que Aznar iba a invadir Estados Unidos. Por culpa de una gripe desmesurada había estado el lunes y medio martes desconectado del mundo, y pensé: a ver si nos hemos pasado de bando y ahora vamos con Bin Laden. No era eso, no. Era que Aznar iba a reunirse con Bush, y la noticia consistía en que viajaba en avión, como un ser humano normal. Me quedé a ver el Pepediario completo, por ver si daban novedades sobre tan grave asunto (ya sólo faltan cuarenta minutos, dentro de media hora llega, apenas quedan diez minutos para el aterrizaje, etc), pero no hubo más. Eso sí: asistí al habitual desfile de ministros, por orden jerárquico, como siempre, primero Rajoy, después un lote de diversos sin voz, Trillo, Cañete, etc, a continuación Rato dos veces, y todo ello salpicado con Aznares variados, repaso de sus últimas horas en España. También había una noticia sobre algo así como la redefinición de RTVE como servicio público, promovida por el PP, por supuesto.

Federico Trillo regalaba desde la Presidencia del Congreso cajitas de plata de mayor valor que las joyas de Corcuera

2. De Zapatero, ni rastro. Menudo vago, el tío. Los ministros venga a trabajar, presentado libros o visitando a su tía Manolita, y Zapatero no hace nada en todo el día, pero nada de nada. Para salir en el Pepediario, Zapatero debería probar a hacer streep tease vestido de colegiala. Ojo, no es que se ignore a los socialistas. Las cosas como son: se habla del juicio sobre los fondos reservados y sobre la suspensión de un cursillo para secretarias con doctrina machista que impartía una academia contratada por el Gobierno de las Islas Baleares, del que forma parte el Maligno Socialista Obrero Español. En fin, el miércoles seguía con la gripe, pero me di por curado. Otro día más a dieta de servicio público y me da el telele.

3. Al evadirme del país de las maravillas me entero de otras cosas: Federico Trillo regalaba desde la Presidencia del Congreso cajitas de plata de mayor valor que las joyas de Corcuera. Trillo, que fue quien denunció a Corcuera, se defiende asegurando que él no lo hacía de estranjis, sino a pecho descubierto. Corcuera dice que si podía hacerlo Trillo, él también, y que no importa el pecho, sino el hecho. Da gusto ver que son como nosotros: envidiosos, chismosos y un poco veletas.

4. Ha habido polémica en torno a la clonación. Uno del PP dijo que tampoco era tan malo clonar, pero desde arriba le han dado un manazo en la boca, como el de Rivaldo a Lacruz, y le han dicho que la clonación no es forma de resolver la sucesión de Aznar. Otra cosa sería clonar a Pilar del Castillo, para que no se sintiera tan sola. Aparte de ella, ¿quién defiende la reforma universitaria? En el Pepediario, nadie, desde luego, y eso no está bien. No es agradable tener en contra a toda la comunidad universitaria, es cierto, pero se supone que los gobiernos deben ser solidarios. Y encima, de entre todos los ministerios, Zapatero ha tenido que escoger el de Pilar para hacer oposición. Mala sombra tiene el Sosomán.

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