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Una exposición de platería completa el recorrido del Museo de Arte Sacro

Doscientas piezas recorren la historia de la liturgia desde el Románico

El ábside de la catedral nueva de Vitoria ya ofrece un recorrido completo. Por fin se ha cerrado el itinerario del Museo de Arte Sacro de Álava, ubicado alrededor del altar de este templo, con la inauguración de las dos salas dedicadas a la platería, ese arte ornamental que ha acompañado la liturgia cristiana desde sus mismos inicios. En total, son doscientas piezas que recorren el último milenio, desde el Románico hasta las últimas revisiones neoclásicas del siglo XX.

La exposición de platería mantiene el espíritu didáctico y la disposición ordenada de las salas precedentes. Después de que el visitante disfruta de la revisión de los primeros años del cristianismo en Álava, con las huellas en piedra de sus ermitas e iglesias, pasando por las aportaciones góticas o barrocas en escultura y pintura, se accede a un apartado muchas veces considerado menor, pero de enorme trascendencia en el culto religioso.

La selección, realizada por la profesora de la Universidad del País Vasco (UPV) Rosa Martín Vaquero, trata de ofrecer un recorrido sencillo por esas piezas que trataban de ensalzar la liturgia católica. De este modo, la exposición de las piezas está acompañada de un folleto en el que se explican conceptos imprescindibles, como los de platero, marca de autor, técnicas o usos a los que está dedicada cada pieza.

Las primeras muestras corresponden al Románico, y entre ellas se encuentra la pieza más antigua expuesta, correspondiente a la segunda mitad del siglo XIII: un cruz latina de brazos rectos y planos. Ya en el periodo gótico, se aprecia la introducción de elementos de origen arquitectónico (pináculos o doseletes) en la decoración de los objetos.

En este tiempo aparece una de las piezas típicas de la orfebrería española: la custodia (donde se guarda la hostia sagrada para exhibirla en el altar o en procesiones), favorecida por la implantación del Corpus Christi. En la exposición se puede contemplar la Custodia de Samaniego.

El recorrido continúa de forma cronológica con la exhibición de las aportaciones del Renacimiento, en las que se aprecia con claridad el esplendor de la Iglesia tras la Edad Media y la influencia del descubrimiento de América, el Manierismo, el Barroco, el Neoclásico y las creaciones del siglo XX. En la primera mitad de la centuria pasada todavía se realizaron piezas importantes, como la arqueta de la propia catedral de Santa María, el templo que acoge el Museo de Arte Sacro.

La muestra se completa con la exhibición de tres cristos de marfil junto a una arqueta del mismo material.

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