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Reportaje:

'Tras el cristal' ruso

Los moscovitas se rinden ante los desinhibidos concursantes de su particular 'Gran Hermano'

Pilar Bonet

Las largas colas que en su día se formaban ante el mausoleo de Lenin en la plaza Roja se han desplazado junto a las vidrieras del hotel Rossia, precisamente en las inmediaciones de la tumba del padre de la Unión Soviética, donde a la vista del público discurre la trama de Za steklom (Tras el cristal), la versión rusa de Gran Hermano que comenzó el pasado 27 de octubre en Moscú.

El programa -que, emitido por la cadena de televisión TV-6, atrae a un 45% de los telespectadores moscovitas- está rompiendo récords de audiencia en un país acostumbrado a los misterios y los mitos, pero no a la acción desinhibida de seis jóvenes (Zhana, Margó, Maxim, Denis, Olga y Anatoli, de los que resisten los cuatro primeros tras dejar a 50.000 aspirantes en la cuneta) encerrados en una jaula de cristal y sometidos a la observación atenta del público 24 horas al día. El ganador recibirá en la final, a celebrar el próximo mes de diciembre, un estudio de una sola habitación, que todos se han comprometido a vender para repartirse el dinero. El único de los concursantes que se oponía al pacto fue eliminado por los demás. Los concursantes sobreviven administrándose las casi 18.000 pesetas mensuales que reciben de los productores. 'Como son jóvenes e inexpertos, el dinero se les acabó enseguida y han tenido que subastar sus posesiones en Internet para seguir comiendo', dice la portavoz de prensa, Anastasia Piroga.

Los organizadores de Za steklom consideran capital para el éxito del concurso 'que haya drama, que haya pasiones, que la gente ame u odie a los protagonistas', afirma Perova. Así lo ha entendido también María, una jubilada que, como otra mucha gente madura que se acerca al Rossia, ha incorporado la acción a su vida cotidiana. 'Zhana me gusta mucho, porque es una chica muy modesta, pero a ese Den lo estrangularía', señala. Menos críticos se muestran los jóvenes como Natasha, una estudiante de 15 años que ha venido acompañada de sus amigas. 'Zhana es muy natural y muy expresiva. Todo es como en la vida real', opina.

Za steklom somete a los concursantes a pruebas como La Revolución -que se desarrolló el día del aniversario de la Revolución de Octubre de 1917- o La velada literaria en tiempos de Pushkin -donde los jóvenes tuvieron que recitar versos del siglo XIX-. La literatura también estuvo presente el pasado domingo de la mano del escritor Vladímir Sorokin, que se pasó por la casa a conocer de cerca a sus habitantes. Sorokin, un autor posmodernista de gran éxito, elogió el programa por su transparencia, algo a lo que tan poco acostumbrados están los rusos. Y no se marchó sin proponer una secuela a bordo de un tren transiberiano de vagones de cristal, que recorrería, estación a estación, todo el territorio euroasiático de Rusia.

En marcha la tercera edición española

Los candidatos a participar en la tercera edición del Gran Hermano español de entre 22 y 40 años y que dispongan de 100 días libres en el segundo trimestre de 2002 pueden llamar a partir de hoy a la línea de pago 906 42 42 55. Los posibles habitantes de la casa de la sierra de Madrid deberán superar el cuestionario telefónico planteado por Telecinco y la productora Zeppelin Endemol. Tras la primera criba, los aspirantes se enfrentarán a una prueba de cámara y a entrevistas personales. En la anterior edición, 100.000 curiosos se interesaron por el concurso. De ellos, 7.000 pasaron a la siguiente fase y finalmente 12 llegaron a la casa.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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