_
_
_
_
_
FÍSICA

Una implosión en cadena destroza el detector de neutrinos japonés

Una implosión en cadena de al menos 7.000 de los 11.242 tubos fotomultiplicadores del detector de neutrinos Super Kamiokande (en Japón) ha destrozado esta gran instalación científica, interrumpiendo un experimento considerado claro candidato a obtener el Premio Nobel. En el accidente no se han producido víctimas. La implosión en cadena se produjo cuando se procedía al llenado del gran depósito de agua del detector, tras haber sido vaciado para realizar operaciones de mantenimiento. Los expertos creen que uno de los tubos multiplicadores (de unos 50 centímetros de longitud cada uno) explotó debido a la presión y provocó la implosión en cadena del resto. El coste de los daños se calcula entre 20 y 30 millones de dólares (entre 3.700 y 5.600 millones de pesetas) y su reparación mantendrá cerrado el detector durante un año.

Super-Kamiokande es una trampa de neutrinos, partículas sin carga y teóricamente sin masa, que atraviesan la materia sin dejar trazas porque apenas interactúan con ella. Está formado por un depósito del tamaño de una catedral con 55.000 toneladas de agua ultrapura, rodeado de fotomultiplicadores y situado, al noroeste de Tokio, en una antigua mina de cinc a mil metros bajo tierra para que esté protegido de radiaciones que enmascararían la detección de neutrinos.

Pese a que miles de millones de neutrinos atraviesan constantemente el depósito sin dejar rastro, de vez en cuando uno interactúa con un electrón de una molécula de agua del depósito y emite un fogonazo de luz -llamado radiación Cherenkov- que registran los fotomultiplicadores.

Resultados espectaculares

El colosal detector fue construido por un consorcio científico de Japón y EE UU y se completó en 1996. Dos años después, los físicos de Super-Kamiokande anunciaron unos resultados espectaculares: al menos uno de los tres tipos (o sabores, como los llaman los científicos) de neutrinos conocidos tendría algo de masa, en contra de lo que se pensaba. Para confirmar este sensacional hallazgo, el experimento debe continuar al menos dos años más.

'Espero que Super Kamiokande tenga el apoyo necesario para recuperarse completamente de este desastre', ha comentado Dave Wark, físico de partículas del laboratorio Rutherford Appleton (Reino Unido). 'No hay que olvidar', añade, 'que construir experimentos de vanguardia como Super Kamiokande supone siempre empujar la frontera de lo tecnológicamente posible y, por tanto, resultan inevitables los contratiempos', según informa PhysicsWeb.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_