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18 menores delincuentes se fugan en Sevilla de un reformatorio asaltado por dos encapuchados

Varios huidos, involucrados en homicidios

Fue una fuga con todos los ingredientes necesarios para servir de arranque de una película de acción. Pasadas las 2.30 de ayer, dos delincuentes habituales, conocidos como El Pimiento y El Huevo, armados con una pistola y una escopeta de caza, saltaron la verja del centro de menores Los Alcores, regentado por la Junta de Andalucía en Carmona (Sevilla). Buscaban a uno de sus compinches, ingresado en el centro de forma cautelar el domingo. Encañonaron a guardas de seguridad y cuidadores, abrieron las habitaciones y recogieron a su amigo. Otros 17 internos, varios implicados en homicidios y atracos, aprovecharon la ocasión para fugarse en los coches de los empleados.

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De los 18 huidos, cuatro fueron detenidos antes del amanecer y volvieron a ser internados en Los Alcores. Estrellaron el coche en el que iniciaron su fuga antes de entrar en el casco urbano de Carmona contra una protección de la carretera. El estruendo del accidente despertó a uno de los vecinos, que fue el primero en alertar por teléfono, pasadas las 3.00, a la Policía Local del pueblo sevillano, de 25.000 habitantes. A los agentes no les costó demasiado tiempo localizar a los cuatro fugados en las desiertas calles de Carmona, según fuentes del cuerpo de seguridad municipal.

Al cierre de esta edición, aún quedaban 14 menores fugados, varios de ellos mayores de 18 años y considerados peligrosos por la Fiscalía de Sevilla, según informaron a Efe fuentes del ministerio público.

La Consejería andaluza de Asuntos Sociales, responsable del centro de menores, puso ayer los hechos en conocimiento de la fiscalía y del Juzgado de Menores de Sevilla, que tramitaron las correspondientes órdenes de localización y detención. Varios de los huidos, que estaban en el centro cumpliendo condena o de forma preventiva, están relacionados con homicidios o robos.

Tres vigilantes jurados

La fuga masiva se gestó tras el asalto al centro que perpetraron dos delincuentes habituales, El Pimiento y El Huevo, que, según fuentes de la Policía Local, podrían ser familiares del interno al que querían sacar de allí. Armados con una pistola y una escopeta de caza, y tras saltar la verja que rodea el edificio de internamiento, los dos extraños se encaramaron al techo de uno de los pabellones del recinto y desde allí encañonaron a un educador y a uno de los tres guardias de seguridad de la empresa Prosegur que a esa hora vigilaban el centro, situado a algo más de un kilómetro del centro de Carmona.

El edificio se encuentra al final de un camino de albero flanqueado por eucaliptos y rodeado de fincas rústicas. El consejero de Asuntos Sociales, Isaías Pérez Saldaña, reclamó ayer que el Cuerpo Nacional de Policía patrulle los alrededores de los centros de internamiento de menores.

Los asaltantes, que mantuvieron encañonados a los dos trabajadores, preguntaron por el menor al que iban buscando y que había ingresado en Los Alcores de forma cautelar el domingo pasado. Tras hacerse con las llaves de las habitaciones en la que estaban encerrados los chicos, los dos encapuchados sacaron de la suya al joven al que iban buscando y animaron al resto de los 25 internos a que les siguieran en su fuga. Según el relato ofrecido por la Consejería de Asuntos Sociales, incluso amenazaron a los siete que declinaron la oferta de huida.

Los 18 evadidos y los dos asaltantes iniciaron la marcha en dos coches pertenecientes a empleados del centro y en uno más propiedad de la Consejería de Asuntos Sociales. Fuentes de la investigación suponen que la caravana de fugados la completaba el vehículo en el que El Pimiento y El Huevo habían llegado hasta el reformatorio.

Tras el accidente del coche en el que viajaban los cuatro jóvenes detenidos inmediatamente después de la fuga masiva, la Policía Local llamó al centro de menores al descubrir que el vehículo pertenecía a uno de sus trabajadores. Quien cogió el teléfono gritó 'un motín, han organizado un motín'. De los tres coches restantes, dos fueron localizados ayer por la mañana en la barriada marginal sevillana de las Tres Mil Viviendas. Doce horas después de los hechos, las familias de los internos empezaron a llegar al centro en busca de información. Tuvieron noticia de lo sucedido por los medios de comunicación. Ningún funcionario había llamado ayer para avisarles, según aseguraron.

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