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Reportaje:Segunda fase de la Liga de Campeones | FÚTBOL

El Madrid expone todo su batallón

Del Bosque, por primera vez en Europa, cuenta con su equipo base para medirse hoy al Sparta

José Sámano

Sin excusas que valgan, el Madrid comienza hoy (Canal + y Via Digital, 20.45) la segunda fase de la Liga de Campeones más entero que en toda la temporada: Zidane -que jugará su primer partido europeo fuera de Chamartín- ya no está sancionado; Roberto Carlos ya tiene su dichoso billete mundialista; Helguera está rehabilitado; y Morientes por fin tiene apetito. Con todos en plenitud, Vicente del Bosque no oculta que al Madrid le ha llegado la hora de la verdad, el momento de dar un estirón. 'Mi mayor queja hasta hoy ha sido que nos ha faltado continuidad debido a las ausencias, pero ahora el equipo tiene un cuerpo muy definido y por fin podemos contar con todo el grupo', sostuvo ayer el técnico.

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Tras su buen partido frente al Sevilla, la siguiente estación del Madrid es el Sparta de Praga, un equipo sin grandes hechizos, pero que ha sido una de las revelaciones de la primera fase, en la que sólo encajó tres goles ante el Bayern, el Feyenoord y el Spartak de Moscú. Cauto por naturaleza, Del Bosque no se fía un pelo y advierte de que se trata de un equipo 'de juego alegre y muy ofensivo en su campo'. 'No son palabras de cortesía, es la verdadera realidad', enfatizó el entrenador madridista. Los jugadores poco sabían al respecto hasta ayer por la tarde, cuando una sesión de vídeo les puso al día de lo que hoy les espera, al margen, por supuesto, de una noche toledana, con el frío azotando de lo lindo.

Del Bosque no quiere triunfalismos -'sé por experiencia que las noches europeas son muy duras'- y por ello despejó con habilidad toda referencia a que el grupo del Madrid -también están el Panathinaikos y el Oporto- es liviano, liviano. Pese a la prudencia del técnico, en la expedición se respira más optimismo tras la última victoria. Parte de culpa la tiene Zidane, que con su actuación del sábado parece haber hinchado de sopetón todos los ánimos. No da la impresión de que el océano de elogios que ha recibido el francés haya despertado, al menos aparentemente, los celos de otras megaestrellas: 'Tenemos grandes jugadores y hay que evitar cualquier tipo de celo, porque lo que debe primar siempre es lo colectivo'. Las palabras de Del Bosque fueron subrayadas poco después por Raúl: 'Estamos muy contentos de que Zidane ayude al equipo, porque si él sobresale tanto a los jugadores como a la institución nos irá mejor'.

Raúl también se alineó con Del Bosque a la hora de reclamar un poco más de regularidad. 'Necesitamos encadenar unas cuantas victorias para que nos respeten más', afirmó, consciente, no obstante, de que hoy por hoy el Madrid atemoriza más en Europa que en España. Un dato a su favor a la hora de medirse a equipos como el Sparta, símbolo de un fútbol, el checo, que vive momentos de depresión tras su fracaso ante Bélgica, que le dejó fuera del Mundial. Tal es el respeto por el Madrid, que ayer, una de las formas que había en Praga de duplicar los ahorros era envidar por el equipo local en cualquier casa de apuestas. La victoria española no hará millonario a nadie. La historia del Madrid y su batallón de estrellas rutilantes pesan demasiado, sobre todo si el equipo, como es el caso, llega en plenitud y sin excusas que le impidan engordar su fabuloso currículo europeo.

Sparta: Cech; Flachbart, Hübschmann, Novotny, Labant; Sionko, Hasek, Jarosik, Michalik; Holub y Kincl.

Real Madrid: Casillas; Salgado, Hierro, Pavón, R. Carlos; Helguera, Makelele; Figo, Zidane, Raúl; y Morientes.

Figo y Geremi, durante el entrenamiento de ayer en Praga.
Figo y Geremi, durante el entrenamiento de ayer en Praga.REUTERS

Día de recuerdos para Raúl

La capital checa es una ciudad que ha quedado grapada para siempre en la retina de Raúl, y no sólo por su majestuosa belleza. Fue en Praga donde el delantero debutó con la selección. Javier Clemente, entonces técnico, dio su brazo a torcer y el 9 de octubre de 1996, Raúl jugó con la camiseta de España (0-0), en un partido de clasificación para el Mundial de Francia. Tenía 19 años y, desde entonces, su carrera internacional se ha disparado. El pasado miércoles ante México consiguió su gol 23, tantos como Di Stéfano. Sólo Hierro (27) y Butragueño (26) le superan. Raúl tuvo en Praga otra cita muy especial. En 1996, compartiendo focos con De la Peña y Mendieta, formó parte del equipo que se clasificó para los Juegos de Atlanta eliminando a la República Checa (1-2). El alborozo fue tal que en el vuelo de regreso el madridista -autor de los dos goles- y su socio Lo Pelat se enfrascaron en una divertida batalla de almohadas a bordo del avión. La resaca fue dura: Raúl vio con desagrado cómo Clemente le afiliaba para Atlanta y le dejaba fuera de la Eurocopa de Inglaterra. A Del Bosque también le falló ayer la memoria. Recordaba que hace 18 años el Madrid jugó en Praga por última vez, pero no pudo rebobinar y concretar siquiera si él jugó aquel partido. Lo que no ha olvidado es que tal día como hoy, el 21 de noviembre de 1999, dirigió su primer partido de esta etapa al Madrid, ante la Real Sociedad. Una Champions y una Liga le adornan desde entonces. ¿Balance? 'La satisfacción de haber marcado un estilo que gusta a la mayoría'. Un estilo que Raúl definió con la precisión de un relojero suizo: 'Con su trabajo, humildad y sencillez ha conseguido grandes triunfos y una gran armonía dentro del vestuario'.

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Sobre la firma

José Sámano
Licenciado en Periodismo, se incorporó a EL PAÍS en 1990, diario en el que ha trabajado durante 25 años en la sección de Deportes, de la que fue Redactor Jefe entre 2006-2014 y 2018-2022. Ha cubierto seis Eurocopas, cuatro Mundiales y dos Juegos Olímpicos.

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