Mil niños dibujan una plaza 'bonita' para su barrio
La glorieta de Santa María de la Cabeza será de forma elíptica y tendrá una fuente en el centro
Una plaza con fuente, con árboles, columpios, toboganes, una tienda de helados, bares y gente paseando junto a coches bien aparcados. Así han soñado los niños del distrito de Arganzuela la futura glorieta de Santa María de la Cabeza. Futura porque esa emblemática plaza de Madrid, a mitad de camino entre el paseo de las Delicias y la glorieta de Embajadores, en sentido este-oeste, se encuentra con parte de sus entrañas al aire, el pavimento levantado y tomada por enormes grúas y máquinas. Hace apenas cinco meses empezó a ser demolido el paso elevado que canalizaba el tráfico de entrada y salida a Madrid por la carretera de Toledo. Hasta entonces, una media de 50.000 coches pasaban cada día junto a las ventanas de las viviendas situadas a la altura de la segunda planta. Ésa era la causa de que en Santa María de la Cabeza se registrasen los niveles más altos de contaminación acústica de la capital.
'Es la primera vez que los chavales participan en el diseño del distrito', dice la concejal
Ahora, al ruido de los coches le ha sustituido el de las máquinas, y a la contaminación de los motores se ha sumado el polvo de las obras que se realizan para construir un túnel. Aun así, Sara García de Vicuña Calleja afirma sin dudar que ahora 'está mejor'.
'No tengo ruido de las obras, y antes sí había ruido de los coches', explicaba ayer la niña. Sara, de apenas seis años y vecina del número 25 de la calle de Juan Duque, sujetaba con la ayuda de su profesora la bicicleta que acababa de recibir como ganadora del concurso Diseña tu plaza, un certamen convocado por el área de Obras entre los escolares del distrito de Arganzuela.
Sara, alumna de 1º de primaria en el colegio Marqués de Marcenado, resumía en una sola palabra cómo le gustaría que fuera la plaza de Santa María de la Cabeza: 'bonita'. Nerviosa por el premio y apabullada por la expectación de los compañeros, explicaba después que 'bonita' para ella es una plaza 'con casas, con juegos para niños y coches aparcados bien'.
A su lado, Elena Utrilla, concejal de Obras, apuntaba que la mayoría de los dibujos presentados por más de mil escolares abogan por que la plaza tenga 'fuentes y zona de juegos infantiles'. Utrilla, madre de tres hijos de corta edad, se mostraba orgullosa porque el concurso convocado por el Ayuntamiento 'es la primera experiencia que se hace para que los niños participen en el diseño de su barrio'.
Todos los participantes en el concurso, con edades comprendidas entre los seis y los 11 años, son alumnos de los tres ciclos de primaria de los colegios Luz Casanova, Joaquín Costa, Miguel de Unamuno, San Eugenio y San Isidro, Tirso de Molina, Marqués de Marcenado, San Saturio, Dos Parques, Nuestra Señora de las Delicias y San José. Todos ellos en el distrito de Arganzuela.
El jurado, integrado, entre otros, por Utrilla, Jaime Galdeano (presidente de la Agrupación Española de Acuarelistas) y Jesús Cámara (presidente de la Asociación de Pintores y Escultores), ha premiado nueve obras, tres por cada ciclo escolar, de las que se han valorado especialmente la originalidad, el diseño y la composición. Los dibujos premiados, junto a otros 10 selecionados en cada una de las categorías, se han publicado en un catálogo.
Además, los pasillos del Centro Cultural de la Casa del Reloj (sede de la junta del distrito, en el paseo de la Chopera, 10) se han convertido en improvisada sala de exposiciónes. Las paredes y varios paneles centrales acogerán 800 dibujos hasta el próximo día 30. Sergio Navarro y Rubén López, ganadores del primer premio entre los escolares de segundo y tercero de primaria, recibieron, al igual que Sara, una bicicleta de montaña que les entregó personalmente el alcalde. Los segundos galardonados (José Blasco, Patricia Gutiérrez y Rodrigo Balas) fueron obsequiados con una videoconsola. Javier García, Llarina y Daniel Laguens, ganadores del tercer premio, recibieron un discman.
Además, el Ayuntamiento entregó un cheque por 100.000 pesetas al colegio ganador, Nuestra Señora de las Delicias, por la variedad y calidad de los dibujos de sus escolares. Fuera de concurso se han otorgado menciones a dos maquetas, dada su originalidad e imaginación. Utrilla señaló que los técnicos municipales estudiarán atentamente la posibilidad de plasmar en el diseño final de la plaza algunas ideas ganadoras. Fernando Catalá, director de Obras, anticipó que en el centro de la glorieta habrá una fuente.
Adiós al 'scalextric'
El concurso escolar convocado por el Ayuntamiento para buscar ideas sobre una nueva plaza ha sido un intento de la Corporación por reconciliar a los vecinos de Arganzuela con una de las obras más polémicas que se desarrollan actualmente: la construcción de un túnel que arrancará a 500 metros de la glorieta de Carlos V (Atocha) para llegar hasta los accesos a la M-30, junto al puente de Praga. Los trabajos, que se iniciaron el pasado 4 de junio con el desmontaje del scalextric que había en esa plaza, tienen un plazo de ejecución de 17 meses. Rubén López, alumno de 6º curso de primaria en el colegio Nuestra Señora de las Delicias y ganador de uno de los primeros premios, reconocía ayer que en el colegio no les habían informado, antes de hacer los dibujos, de que las obras se están realizando para construir un túnel. Rubén estaba muy contento por la desaparición del paso elevado: 'Por la ventana de mi habitación se veía pasar a los coches y me molestaban para dormir', dijo. Vicente, alumno del mismo centro y vecino del número 51 del paseo de Santa María de la Cabeza, se mostraba crítico con los desvíos de tráfico. 'Me parece mal que ahora pasen los coches por la calle que había antes como carril-bici, porque entonces los ciclistas tienen que ir por la carretera [calzada] y se les atropella', advertía. Fernando Catalá, director de Obras en el Ayuntamiento, dijo estar satisfecho del ritmo de los trabajos, aunque la marcha de las obras siempre se ralentiza cuando llega el mal tiempo. Los vecinos se han visto sorprendidos por molestias añadidas a los trabajos, como dos roturas en las tuberías de agua.
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