El ruido del tráfico es el principal problema ambiental de Alicante
Los vecinos critican la gestión municipal
La contaminación atmosférica y el ruido que produce el tráfico son los principales problemas ambientales de Alicante, según un estudio presentado ayer por el alcalde de la ciudad, Luis Díaz Alperi. El gobierno local sale muy mal parado en la valoración que hacen los ciudadanos sobre su actitud en favor del medio ambiente. La diagnosis medioambiental, realizada por una empresa ajena al Consistorio, es el primer paso para que Alicante se incluya en la Agenda 21.
El estudio propone la imposición de limitaciones espaciales y temporales al uso del vehículo privado, todo lo contrario de un proyecto que el gobierno local, del PP, va a poner en marcha para abrir al tráfico varias calles peatonales del centro de la ciudad, con el argumento de favorecer la actividad comercial. Recalca el estudio que hay que desmotivar el uso de vehículos privados y aumentar la velocidad comercial del transporte público.
Después del tráfico, la segunda gran fuente de contaminación de la ciudad proviene de la combustión por calderas, tanto domésticas como industriales. La auditoría ambiental no valora -al menos en el extracto difundido ayer- problemas ambientales de calado, como la proliferación de construcciones en la isla de Tabarca o el impacto de las canteras de Fontcalent.
El equipo consultor realizó una encuesta según la cual la opinión ciudadana sobre la actitud del Ayuntamiento en la protección del medio ambiente es pésima. La auditoría indica que los ciudadanos son 'muy críticos' con las actitudes del Ayuntamiento y, en general, con todas las administraciones.
El tono crítico se mantiene a la hora de valorar la actitud de los propios ciudadanos en cuestiones ambientales. La mitad de los encuestados cree que es mala o muy mala.
Realizada por la empresa Gamma/Grupo Adhara, la auditoría destaca la 'fuerza de la construcción', o lo que es lo mismo, la 'presión por la necesidad de suelo y la generación de escombros o residuos inertes'. Díaz Alperi explicó que la nueva contrata de basuras y el Ayuntamiento ya tomaron medidas para eliminar 137 escombreras ilegales.
En la gestión de los residuos sólidos urbanos, el informe revela que la producción en el año 2000 fue de 564 toneladas por día, unos 2,3 kilogramos por vecino y día, lo que supone una tasa de producción por habitante 'ligeramente superior a la media' de la Comunidad Valenciana, que se sitúa en 2 kilos diarios por habitante. La auditoría plantea la necesidad de construir un nuevo vertedero y la clausura del existente.
El informe deja patente que Alicante -ciudad con escasa producción industrial- se encuentra en buenas condiciones de partida para lograr su adscripción a la Agenda 21. Para el alcalde, Alicante es una ciudad 'con un grado no muy alto, por no decir más bien bajo' de contaminación. A su entender, la auditoría era 'un riesgo que había que correr para conocer las condiciones en las que se encuentra la ciudad', y dijo que la clave para hacer sostenible la ciudad es el 'equilibrio entre la actividad económica y la aplicación de políticas medioambientales'.
Esfuerzo
A su juicio, el 'esfuerzo' que le corresponde al gobierno local es llevar a cabo políticas que permitan el 'avance de la calidad del medio ambiente, sin que por ello tenga que reducirse la actividad de la ciudad'.
La intención municipal es que Alicante sea una ciudad sostenible desde el punto de vista medioambiental, con su inclusión en la llamada Agencia Local 21, un rango que se deriva de la Conferencia de Río, celebrada en 1992, en la que se destacó la importancia del papel de las administraciones locales en la protección del medio ambiente y se les encomendó la tarea de iniciar políticas locales de acción en este sentido.
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