27.000 familias sufren "pobreza extrema", según un estudio de la Comunidad
Un tercio de los hogares más necesitados están formados por mujeres solas con hijos
Unas 27.000 familias de la región (un 1,5% del total) viven en la 'pobreza extrema', según el estudio elaborado por el departamento de Trabajo Social de la Universidad Pública de Navarra para el futuro Plan contra la Exclusión de la Comunidad de Madrid. Estos hogares, con una media de tres miembros, tienen ingresos no superiores a las 60.000 pesetas al mes. Un tercio están formados por mujeres solas con hijos, y en un 42% de los casos hay enfermos crónicos o minusválidos. La Ley de Rentas Mínimas de Inserción, que entrará en vigor en enero de 2002, garantizará una ayuda mínima mensual de 48.895 pesetas a estas familias.
Los autores del estudio, dirigido por el sociólogo Miguel Laparra, concluyen que en una comunidad autónoma como la madrileña, con una situación económica superior a la media del Estado, buscar soluciones a ese 1,5% de hogares que padecen miseria 'es una tarea abordable de forma social, política y económica'. En el conjunto de España, las familias que sufren pobreza extrema suponen un 3% del total.
El informe considera que una familia sufre pobreza extrema cuando sus ingresos mensuales son inferiores o equivalentes al Ingreso Madrileño de Integración (IMI) -también conocido como salario social- que le correspondería según sus miembros. Por ejemplo, a una familia formada por una madre con dos hijos le correspondería percibir un IMI de unas 60.000 pesetas al mes. Si gana menos de eso o está en el límite, puede considerarse que padece extrema necesidad, según el criterio seguido en este estudio. El 40% de esas 27.000 familias pobres percibe dicho subsidio.
'No existe un criterio perfecto para medir la pobreza, pero a nosotros nos pareció que éste era menos burdo que otros', explica el sociólogo Miguel Laparra, quien, como el resto de su equipo, lleva años estudiando los problemas de marginación social y los programas de inserción creados para paliarla. Además de las situaciones extremas, el informe elaborado por la Universidad de Navarra para la Comunidad de Madrid aborda las distintas caras de la exclusión social, que alcanzan a más madrileños que los que se pueden considerar pobres de solemnidad:
- Vivienda. Los autores hacen mucho hincapié en los elevados precios de la vivienda en Madrid como un factor que puede crear grandes bolsas de pobreza. 'Los precios de los pisos han subido a un ritmo muy superior a los de las rentas familiares, y eso hace que, si en 1998 los madrileños dedicaban un 42,3% de sus ingresos a la vivienda, en 2000 tuvieron que destinar hasta un 49,3%, y la tendencia de este año es similar'. Además, de las casas construidas de 1995 a 1999 en la región, 'el 76,5% era de precio libre'; es decir, a los cada vez más altos precios del mercado. Conclusión: 194.432 familias no podrían acceder a una vivienda si ahora tuvieran que comprarla o alquilarla. Los expertos matizan que eso no significa que vivan en la calle o en chabolas. 'Muchas residen en pisos que adquirieron en momentos menos alcistas o que heredaron, y también en casas de renta antigua o en viviendas sociales. Lo que queremos decir es que ahora, si se quedasen sin ellos, no tendrían opción', explican. Hay asimismo 5.411 familias que malviven en poblados de casetas y en pisos ínfimos y mal dotados (chabolismo vertical), y otras 30.000, en casas que pueden considerarse infraviviendas por su mal estado de conservación.
- Empleo. Un 5,5% de los hogares madrileños (unas 85.000 familias) sufre exclusión laboral porque ningún miembro del hogar tiene trabajo o, si lo tiene, éste no es ni fijo ni a jornada completa.
- Educación. Unos 75.400 ciudadanos mayores de 16 años (un 1,8% del total) son analfabetos. Asimismo, en la región hay, según el estudio, 1.617 niños no escolarizados en tramos de enseñanza obligatoria (de los seis a los 16 años) y 7.900 de 16 años. De las 80.000 personas que sufren pobreza extrema, 25.000 (un 30%) son niños; y, en esas condiciones, es muy difícil que estos chavales tengan un rendimiento escolar que les saque del círculo de la miseria.
- Salud. Los madrileños sin ningún tipo de cobertura sanitaria, ni pública ni privada, son muy pocos: un 0,3% (unos 15.000).
De los 27.000 hogares extremadamente pobres, unos 11.000 (un 40%) cobran a lo largo del año el IMI, una ayuda regional de 43.085 pesetas al mes, que se incrementa en otras 10.745 por la primera persona a cargo y en otras 6.730 por la segunda.
Pero hay otras 16.000 familias que no acceden a este subsidio. Para llegar a ellas, el Gobierno regional ha decidido transformar, a partir del 1 de enero de 2002, el IMI en una renta mínima de inserción como la que ya hay en el País Vasco. El estudio encargado a la Universidad Pública de Navarra pretende servir de base a la futura Ley de Rentas Mínimas de Inserción, pendiente sólo de ser debatida en la Asamblea, y al Plan Regional contra la Exclusión, aún en negociación entre el Gobierno regional, patronal, sindicatos y expertos de universidades madrileñas.
La principal diferencia entre el IMI y las rentas mínimas es que, en el primero, la ayuda económica está condicionada a que el perceptor cumpla un programa de inserción (cursos de formación, escolarización de los hijos...) y, sin embargo, las segundas se dan a todas las personas que demuestren carecer de ingresos, sin obligarles para ello a seguir ningún proyecto. Además, la cuantía mensual de la renta mínima es mayor: 49.000 pesetas al mes por persona, frente a las 43.000 del IMI.
Además de este estudio, encargado por la Comunidad, en el último año se han publicado otros dos informes sobre la pobreza en Madrid, realizados por el equipo de investigación sociológica Edis para el Ayuntamiento de la capital y el Defensor del Menor.
Según el primero, en el municipio de Madrid hay 10.000 hogares en 'pobreza extrema' (renta per cápita de menos de 25.000 pesetas al mes), 23.000 en lo que se llama 'pobreza moderada' (renta per cápita de 25.000 a 35.000) y 74.000 en nivel de 'precariedad' (de 35.000 a 49.000 pesetas).
El informe del Defensor del Menor indicaba que 160.000 niños y adolescentes madrileños (el 14% del total) vivían en hogares 'pobres' (con una renta per cápita inferior a 50.000 pesetas al mes), y 50.000, en familias con 'pobreza severa'.
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