Multas por navegar
Me remito a ustedes para proponerles un proyecto de utilización deportiva del embalse del Lozoya en la Comunidad de Madrid. La cuestión es que el embalse del Lozoya está definido en el Plan de Ordenación en vigor como 'faunístico-paisajístico' (vaya palabros), lo que quiere decir que está prohibido todo: acampar, hacer fuego, estar, pasar y cualquier tipo de deporte náutico.
Aunque la prohibición es tan extensa como he mencionado, lo cierto es que en épocas estivales, cientos de personas pasan sus fines de semana en las orillas de este embalse, donde hacen sus fogatas, lavan sus coches, se bañan...
Nosotros, los aficionados al windsurf y al remo, también lo practicábamos, hasta que 'alguien' decidió denunciarnos y hemos sufrido multas de hasta 25.000 pesetas.
Lo curioso del tema es que la Guardia Civil tiene que sortear a la gente que está lavando su coche o haciendo su paella, sin decirle nada, para llegar a poner la multa a un windsurfista.
Ante esta situación, los aficionados a los deportes náuticos no contaminantes decidimos elaborar un proyecto en el que proponemos la regulación de la práctica de estos deportes. Así, nos constituimos como Club Deportivo Elemental, y como tal nos registramos en la Comunidad de Madrid.
En el proyecto definimos como principales objetivos el acotamiento de una zona de la orilla de aproximadamente 500 metros, la regulación de la práctica de windsurf, el remo y la vela ligera, limitando el número máximo de embarcaciones concurrentes por día y exigiendo a los usuarios medidas de seguridad, como trajes de neopreno, carné federativo, etcétera. Esta iniciativa, aunque es de particulares, está siendo muy apoyada por los ayuntamientos de los dos pueblos afectados, Lozoya y Pinilla del Valle.
El proyecto ha sido presentado a distintos cargos tanto del Canal de Isabel II como del Gobierno de la Comunidad de Madrid. La última reunión tuvo lugar el 19 de marzo de este año con el consejero de Medio Ambiente de la Comunidad, Pedro Luis Calvo Poch.
Todos los cargos a quienes les hemos presentado el proyecto lo ven como muy positivo, pero lo cierto es que llevamos más de año y medio de presentaciones y reuniones y no hemos logrado más que buenas palabras. Nuestro miedo es doble.
Por un lado, tememos que un proyecto tan positivo para el fomento del deporte y el desarrollo de estos pueblos, que ven mermadas sus posibilidades de crecimiento por culpa del embalse, no vea la luz por culpa de la burocracia; y, por otro lado, tememos que el Canal de Isabel II u otro organismo vea esta oportunidad como un negocio (económico o político) y nos construyan en el embalse un enorme embarcadero de hormigón o algo por el estilo, como han hecho en el embalse de El Atazar.
No es ésa la idea. Nuestro proyecto es deportivo/ecológico y no queremos ver hormigón en la orilla.
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