La revolución de Ciudad Real
Su brillante equipo de balonmano saca del anonimato deportivo a la localidad castellano-manchega
Una ciudad de apenas 100.000 habitantes está de moda en el balonmano español. El club que la representa, de sólo nueve años de vida, ha confeccionado una plantilla de ensueño que da miedo a los equipos tradicionalmente poderosos. El guión es curioso, pero roza lo extraordinario si se sitúa en un núcleo castellano-manchego hasta ahora inadvertido en las gestas deportivas.
Ya lo avisó Domingo Díaz de Mera, el presidente del CB Ciudad Real, la temporada anterior, cuando el Barcelona pasó por su cancha como una apisonadora: 'El curso que viene será distinto'. Dicho y hecho. El Ciudad Real ya es el líder de la Liga tras haber ganado en pista ajena al cuadro azulgrana, sigue adelante en la Recopa y, lo más importante, transmite una sensación de solvencia sólo al alcance de los grandes.
Sin embargo, nada ocurre por casualidad. Díaz de Mera entiende que esta aventura no habría sido posible sin la confluencia de unos factores de orden humano que raramente coinciden en el tiempo: una materia prima de calidad, los jugadores; unos técnicos preparados y una gestión profesional eficaz. Pero, además, hay que tener en cuenta el gran esfuerzo económico necesario para sostener un proyecto tan ambicioso: 'El presupuesto ronda los 275 millones de pesetas, una cifra considerable en el balonmano, aunque muy lejana de los 500 que puede tener el Barça. Ha sido muy duro para nosotros aumentar la inversión, pero era necesario este esfuerzo para dejar de ser un club humilde y estar de una vez por todas en disposición de hacer frente a cualquiera'.
El Ciudad Real ha reunido una legión de excelentes jugadores con los que puede aspirar a la élite europea. Su cerebro es Dujshebaev, quien, tras su aventura alemana, ha regresado a España atraído por la ilusión y las ambiciosas aspiraciones del club. 'Es la gran estrella del equipo', abunda el presidente, 'pero, curiosamente, es el jugador más barato del plantel, ya que la empresa que se encarga de su imagen financia su fichaje. A nosotros no nos cuesta nada'.
Sin embargo, el uzbeko nacionalizado español está arropado por otras grandes figuras internacionales, como el ruso Pogorelov, el danés Hjermind y el alemán Wiechers, y nacionales, como Núñez, Urdiales y el mejor juvenil de las dos últimas temporadas, Romero. La batuta la lleva Veselin Vujovic, que llegó el pasado mes de enero para hacerse cargo de un elenco irregular y que parece haberle dado una mentalidad ganadora.
Paradójicamente, los buenos resultados no han supuesto ayudas por parte de la política local y el club se queja de que las instituciones apenas cubren el 15% del presupuesto. El resto o, con más propiedad, la mayor parte de la inversión descansa en manos privadas, como varias sociedades o el bolsillo del propio presidente. 'No lo entiendo porque los éxitos del club permiten dar a conocer la ciudad por toda Europa. Y Ciudad Real no tiene otro club que destaque en términos deportivos. O se engancha al balonmano o no tiene otra opción', afirma Díaz de Mera con cierto tono de incredulidad.
La guinda a lo que algunos se han atrevido a llamar la revolución de Ciudad Real ha empezado a fraguarse en forma de pabellón. Y es que la respuesta de los aficionados ha sido tan grande que las 3.000 localidades del Puerta de Santa María se han quedado pequeñas. Hay tanta demanda en Ciudad Real que en el partido frente al Barcelona los trabajadores del club detectaron hasta 500 entradas falsas. 'Por eso', concluye el presidente, 'necesitamos un recinto con 2.000 localidades más. Parece ser que esta vez vamos a recibir apoyo institucional, pero, si es necesario, el dinero lo pongo yo. Nuestra afición no se va a quedar sin ver a su equipo'.
Díaz de Mera se muestra ilusionado por la marcha del club en el campeonato nacional, pero no esconde su otro objetivo: 'Quiero ganar la Recopa. Es muy importante para nosotros y para la propia ciudad que este equipo comience a ser grande en Europa'.
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