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Reportaje:

Libros de inspiración

Los textos de citas y diccionarios de la biblioteca del Parlamento, los más consultados por los diputados

La biblioteca del Parlamento andaluz, con un fondo de 30.000 títulos, constituye un auténtico filón para los diputados que quieren triunfar en la tribuna de oradores, donde la utilización de frases ingeniosas y citas de personajes ilustres contribuyen casi siempre al éxito.

Los diccionarios de todo tipo y los libros de citas y refranes son algunos de los textos más consultados por los diputados en la biblioteca del Parlamento, donde hay títulos tan originales como el Florilegio de frases envenenadas, una antología de la maledicencia de Gregorio Doval, en la que se puede encontrar 'todo aquello que, con ánimo corrosivo y de modo lapidario han dicho los personajes más diversos sobre los demás, sobre si mismos o sobre muchas otras cosas'.

La amplia cobertura temática de los fondos de esta biblioteca, cuya sede se ha quedado pequeña por lo que se ejecutan obras de ampliación que concluirán en 2003, abarca fundamentalmente las ciencias sociales -temas jurídicos, económicos, políticos en todos sus aspectos e históricos-, aunque recientemente se ha adquirido una primera remesa de clásicos de la literatura española.

El título más antiguo, que data de 1555 y fue adquirido cuando era presidente de la Cámara el catedrático Ángel López, son los cuatro volúmenes de las Partidas de Alfonso X el Sabio, que se encuentran en un lugar destacado de la sede de la biblioteca, un recinto de dos plantas en el que reina el silencio.

Las obras de referencia, las más solicitadas, incluyen todo tipo de enciclopedias y diccionarios, desde el María Moliner hasta el de la Real Academia, que sus señorías han demostrado que consultan con asiduidad, la última vez para buscar las diferentes acepciones del término 'tránsfuga', que se aplicó a si mismo el portavoz del grupo mixto, Ricardo Chamorro, durante un debate en el último pleno.

Pero en la biblioteca del Parlamento está también el Diccionario de Atentados contra el Idioma Español, el Tesoro léxico de las hablas andaluzas; el diccionario de las religiones; del vocabulario andaluz; un diccionario taurino, otro de los símbolos y hasta un diccionario de batallas, junto a los de contabilidad, de la literatura, de la naturaleza e incluso uno de herbicidas y otro de especialidades farmacéuticas españolas.

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El presupuesto del Parlamento reserva anualmente 15 millones de pesetas para incrementar su fondo bibliográfico, que se selecciona a través de los catálogos de las distintas editoriales y, la mayoría de las veces a propuesta de los letrados de la Cámara.

Además de los diputados y los funcionarios de la asamblea, tienen acceso a los fondos aquellas personas que precisen investigar. Los fondos pueden consultarse en la sala de lectura de la biblioteca o en el propio domicilio o despacho mediante la solicitud de préstamo de hasta diez títulos simultáneamente, con una duración máxima de 15 días -plazo que puede ser renovado-, quedando excluidas de préstamo las obras de una antigüedad superior a 50 años.

Pero los diputados y miembros del Gobierno no acuden sólo a la biblioteca para solicitar un libro, sino que algunos buscan el sosiego de este recinto para preparar sus intervenciones, y es frecuente ver allí a consejeras como Magdalena Álvarez o Carmen Hermosín.

Son asiduos también parlamentarios como Chamorro o el portavoz del grupo socialista, José Caballos, que escoge con frecuencia libros de poesía, mientras que otros diputados prefieren solicitar los títulos consultando el catálogo de acceso público a través de Internet desde su propio despacho, donde les son entregados.

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