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Hosteleros de El Carme marchan contra la presión policial y la dureza de la nueva ley

Medio millar de empresarios y empleados del sector de la hostelería del emblemático Barrio de El Carme de Valencia se manifestaron anoche frente a la Generalitat y el Ayuntamiento para denunciar 'la presión policial insostenible' desde hace cuatro meses, cuando se agudizó la campaña de una asociación de vecinos en contra del ruido, y mostrar su rechazo al 'restrictivo' proyecto de ley autonómica del PP, que pretende 'imponer el pago de una fianza previa que criminaliza al sector'. Bajo el lema, Per un Barri viu la asociación Albarca reclamó 'la apertura de una negociación' y 'el cese del hostigamiento' hacia un sector 'primordial para el destino económico y turístico'.

'En los últimos meses, el sector hostelero del barrio de El Carme ha visto cómo las diferentes campañas en contra de los locales se han traducido en una mayor presión de la Policía, que ha acabado por hacerse insostenible', reza el manifiesto, donde se denuncia 'la confiscación masiva de sillas y mesas de las terrazas este verano, pese a haber pagado la tasa anual de actividad'. 'Se nos ha tratado como delincuentes', puntualiza el texto que se entregará en el registro de las tres instituciones implicadas: Ayuntamiento, Junta de Distrito y Consell.

Albarca pide 'una nueva ordenanza de terrazas justa, que ampare a los locales que están en funcionamiento' y la 'peatonalización efectiva en determinadas horas de las principales calles con la creación de una tarjeta de residente'. También denuncia 'la venta ilegal de alcohol en tiendas y hornos, que propicia la cultura de la litrona, cada vez más extendida en el centro'. Esta petición estuvo respaldada por Eduard Mestres, presidente de la Asociación de Bodegueros, quien denunció 'la venta nocturna de alcohol en gasolineras' y pidió 'la regulación de este sector'.

La de ayer fue la primera manifestación conjunta en la que todos los empresarios hosteleros y del ocio decidieron cerrar durante horas sus locales, en un gesto inédito en la democracia, desde que hace 25 años comenzaron a abrirse los primeros cafés-tertulia y locales de copas, en un entonces muy deprimido centro histórico. Así lo atestiguaron anoche comerciantes como Amparo, propietaria desde hace 10 años del quiosco en la plaza del Tossal, y Paquita, propietaria de una tienda de electrónica desde hace 48 años, quienes revindican 'el papel de los bares en el desarrollo del barrio', aseguran que 'nunca ningún vecino se ha quejado' y achacan 'a la intransigencia de los recién llegados la falta de diálogo'.

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