La pintura realista de entreguerras viaja de Holanda a Córdoba

Bajo el nombre de Visiones huidizas: el regreso al realismo en los Países Bajos 1925-1945, la Diputación de Córdoba expone 81 pinturas, grabados y fotografías procedentes de museos y galerías holandesas. Esta amplia selección da una clara idea de cómo los géneros clásicos se restablecieron durante el período de entreguerras, pero con un trasfondo inquietante.

La muestra, que se mantendrá abierta al público hasta el 10 de enero en el Palacio de la Merced, reúne retratos y naturalezas muertas de Carel Willink, Raoul Hynckes, Erwin Blumenfeld y Charley Toorop, entre otros. Dentro de la corriente artística conocida como Nueva Objetividad holandesa, presenta escenas aparentemente cotidianas, pero dotadas siempre de un toque intranquilizador e inesperado, como en el caso del Autorretrato con sardina de Hendrick Valk, o de la Naturaleza con pasta de dientes de Henk van der Horst.

Se ve cómo los artistas recuperan la tradición minuciosa del XVII holandés, alejándose mucho de las vanguardias de principios de siglo y reproduciendo la realidad como en un espejo levemente trucado. A eso se refiere el título de Visiones huidizas; a la mirada extraña que traducen estas piezas, que obligan al espectador a detenerse para interpretar qué es lo desasosegante en ellas.

En la organización de esta exposición ha participado, además de la Fundación de Artes Plásticas Rafael Botí, por la Diputación cordobesa, la Fundación Carlos de Amberes.