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Reportaje:

De la conciencia a la comedia

Teatro Paraíso de Vitoria cumple 25 años con el estreno de 'Alucine', un paseo trepidante por la historia del cine

El grupo Teatro Paraíso de Vitoria cumple 25 años. Un aniversario poco habitual en el campo de las compañías independientes, sobre todo de las que no tienen sede en las dos capitales de la escena, Madrid y Barcelona. Para celebrar el acontecimiento, nada mejor que iniciar una nueva experiencia, con el estreno esta noche (Teatro Principal, 20.30) de Alucine, una obra que trata de concentrar en 90 trepidantes minutos la historia de su gran rival, el cine.

Pilar López tenía 14 años, cuando con otras 39 personas trataba de sacar adelante un teatro que diera expresión a las alegrías y a los problemas, sobre todo, del barrio vitoriano de Abetxuko. Corría 1976, Franco acababa de fallecer en la cama mientras que la capital alavesa pasaba de ciudad de cuarteles, seminarios y fábrica de naipes a urbe industrial, rodeada de barrios repletos de obreros en reivindicación diaria.

En ese ambiente, Ubaldo Fernández fraguó con 40 voluntarios de menos de 20 años Teatro Paraíso, un grupo que pretendía animar la escena del barrio, una labor que entroncaba con otras formaciones similares que iban surgiendo en el resto del país. Sus primeras obras dan fe de esta voluntad pedagógica: Eterno paraíso sin igual, El autobús, A la guindilla picante.

'Se trataba de explicar la vida de quien estaba en la periferia y no participaba de los beneficios del centro de la ciudad. Había un componente de ingenuidad, pero también una consideración del teatro como medio de expresión útil para descubrir otros mundos al espectador'. Pilar López recuerda cómo en un certamen en Guadalajara, en 1979, después de recibir el segundo premio al mejor espectáculo (por A la guindilla picante), Teatro Paraíso descubrió que era algo más que un grupo de aficionados.

Entre todos aquellos voluntarios, junto a Pilar, se encontraban Tomás Fernández Alonso, Rosa Ángela García y Ana Fernández, los cuatro miembros fundadores que han mantenido el espíritu de la compañía a lo largo de estos cinco lustros. Del amateurismo más ingenuo se pasó a una profesionalización precaria para llegar a una compañía en la que en la actualidad trabajan 19 personas en tareas que van desde el escenario a la programación o la pedagogía.

Así es. Desde sus comienzos, Teatro Paraíso ha estado vinculado al público infantil, en una división que no gusta a sus responsables, pero que es inevitable si se quiere trabajar en los circuitos de espectáculos. 'Ahora mismo, las obras para niños y para adultos mantienen una separación muchas veces ilógica; por eso nosotros reivindicamos el teatro de calidad que atiende a todos los públicos', explica Pilar López.

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De ahí que, por ejemplo, Mi odisea, su penúltimo montaje, haya obtenido los parabienes de los espectadores de todas las edades en distintos certámenes de teatro. Es el fruto del trabajo con directores como Félix Petite, en sus primeros tiempos, y Miguel Garrido, de 1983 a 1995; o su colaboración con el Teatro de la Guimbarde de Bruselas y el de la Baracca de Bolonia.

Aunque pueda parecer increíble, después de 25 años, no hay tiempo para el aburrimiento y la rutina.

El último reto ha sido trabajar con Toni Albá, un joven y premiado director catalán, responsable de Alucine, su primera obra desde Platea Producciones, la sección para adultos de la formación alavesa, con la que celebra sus 25 años de existencia. King Kong, Superman o el mosntruo de la saga Alien son algunos de los protagonistas que recorren esta historia en la que cinco actores revisan hasta 20 géneros desde 100 personajes, todo un reto para los intérpretes.

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