Pujol pide a Rigol que impulse la regulación de su jubilación
IC despliega pancartas contra la guerra en el pleno del Parlament
Jordi Pujol pidió ayer al presidente del Parlament, Joan Rigol, que impulse la regulación del estatuto de los ex presidentes de la Generalitat. Ésta ha sido la respuesta de Pujol a la iniciativa tomada por los socialistas, que el martes presentaron en el Parlament una proposición de ley para determinar las condiciones protocolarias y económicas de los ex presidentes. La única persona a quien se podrán aplicar estas condiciones es al propio Pujol, que dejará la presidencia en 2003, salvo imprevistos.
El martes, el conseller en cap, Artur Mas, acogió con displicencia y frialdad la iniciativa legislativa de los socialistas, dando a entender que sería el Gobierno catalán el que decidiría sobre este asunto: 'No perderemos ni un minuto en este asunto; en su momento ya diremos si hay que regularlo o no'.
Aquella toma de posición fue una precipitación, por lo menos. Pujol pidió ayer a Rigol que intervenga inmediatamente en este asunto, de forma que pueda ser tratado como una cuestión 'institucional' y pueda obtener el consenso de todos los grupos parlamentarios. Así lo hizo Rigol, y ayer mismo anunció a los periodistas que pensaba convocar en breve a los líderes de todos los grupos parlamentarios para plantearles legislar sobre esta cuestión.
Acerca de si este asunto ha de ser abordado mediante un decreto del Gobierno o a través de una ley, Rigol explicó que la regulación del estatuto de los ex presidentes del Parlament se hizo por ley. Por tanto, lo más coherente es que también se defina por ley el trato que se debe dar a los ex presidentes de la Generalitat.
Los socialistas acogieron positivamente la posición de Rigol. La proposición presentada el martes por el grupo parlamentario socialista prevé que los ex presidentes de la Generalitat perciban el 80% de su sueldo durante dos años después de dejar el cargo. A partir de los 65 años, se les garantiza una pensión vitalicia del 40% de la retribución mensual. La retribución actual del presidente es de 15 millones brutos anuales sin contar complementos.
La propuesta prevé también que los ex presidentes puedan disponer de una oficina de apoyo con tres secretarias, coche oficial y conductor, servicio de seguridad y los medios presupuestarios para su funcionamiento. El portavoz socialista, Joaquim Nadal, justificó esta iniciativa alegando que la no intervención de Pujol en el debate de la moción de censura, renunciando a defender personalmente su gestión, indica que ya sólo piensa en su jubilación.
Maragall y Fernández Díaz
Otra secuela del debate parlamentario de la moción de censura comenzó a materializarse ayer. El presidente del PP de Cataluña, Alberto Fernández Díaz, y el líder socialista, Pasqual Maragall, se reunieron ayer en el despacho del primero en el Parlament para tratar de las posibilidades de colaboración entre ambas fuerzas.
Esta colaboración fue ofrecida por Fernández Díaz en el citado debate y positivamente acogida por Maragall. Socialistas y conservadores mantienen puntos de vista relativamente próximas en algunos asuntos de interés, pero hasta ahora los juegos de alianzas les han situado siempre en posiciones enfrentadas.
Ayer, en el pleno del Parlament, los cinco diputados de IC-V desplegaron pancartas en contra de la guerra en Afganistán, después de que la Mesa de la Cámara rechazase el miércoles su petición de guardar un minuto de silencio contra la ofensiva militar. Este acto de IC-V tuvo lugar cuando se debatía el último punto del orden del día del pleno, una propuesta de IC contra la globalización, que no prosperó por la oposición de CiU y PP y que derivó en un tenso debate entre la izquierda y la derecha.
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