Tarde de banderilleros

En una tarde gélida y de mucho viento, los tres alternantes lograron calentar el ambiente haciendo gala de sus dotes como banderilleros. También los alardes temerarios de Juan José Padilla y de Uriel Moreno Zapata contribuyeron a aumentar la temperatura.

Padilla saludó de hinojos al que abrió plaza con una larga cambiada. En el segundo tercio invitó a sus compañeros a parear y los tres espadas se lucieron. En su trasteo, logró que el tardo astado acudiera a la sarga y le enjaretó dos tandas de limpios redondos.

El triunfo del jerezano con el codioso quinto empezó con su habilidad como rehiletero al prender con precisión el último par al violín. Aunque llevó siempre la franela bien planchada, su faena fue violenta y el trazo de sus pases rápidos y sin gusto.

TécnicaDe rodillas y en los medios, Zapata esperó al alegre sexto, aplaudido en el arrastre, con dos espectaculares faroles. Dio muestras de técnica y variedad al clavar los garapullos, sobre todo el par de calafia al quiebro. En su espartano trasteo bajó la mano derecha y logró los pases con temple en emotivas tandas bien rematadas. Con el peligroso tercero, que dejaron crudo, el tlaxcalteca también invitó a sus alternantes a colocar los palitroques y nuevamente se lucieron los tres. Con la sarga sus pases fueron atropellados.

En el pronto y claro segundo, aplaudido en el arrastre, Manolo Mejía compartió las banderillas con Padilla y Zapata. Muleteó acompasado cargando la suerte pero al final abusó del pico. Al cuarto ejemplar no lo entendió y desaprovechó su largo recorrido y codicia al repetir, escuchando pitos durante la lidia.