Un juzgado llama como testigo al fallecido en un accidente laboral

El Juzgado de lo Penal número 8 de Málaga ha citado a declarar como testigo por error a un joven fallecido hace dos años en un accidente laboral en el juicio que se celebrará esta semana para esclarecer las circunstancias de su muerte. El joven Rafael Almahano, nacido en 1975, falleció el 3 de noviembre de 1999 al explotarle un neumático en el taller de recauchutados donde trabajaba.

La celebración del juicio está prevista para el próximo jueves. El fiscal pide 18 meses de cárcel por homicidio imprudente para el encargado de un taller de arreglo de neumáticos que la empresa Koz Ibérica, S. A. posee en el Polígono Guadalhorce, donde el joven realizaba sus prácticas laborales, por considerarlo responsable del incumplimiento de la norma de seguridad de utilizar una jaula protectora para la tarea de inflado de neumáticos.

Según el relato de hechos que recoge la calificación del fiscal, el joven empleado 'infló en horizontal el neumático de un camión hormigonera y, cuando se disponía a levantarlo del suelo para hacerlo rodar hasta el camión y montarlo, éste reventó por su parte inferior, desplazando a Rafael Almahano violentamente, golpeándolo, impulsándolo verticalmente unos dos o tres metros y cayendo sobre otro neumático, lo que le provocó lesiones politraumáticas en tórax y cráneo que le ocasionaron la muerte'.

El padre de Almahano, muy afectado por la tragedia, se quejó ayer del error judicial que ha llevado a que se llame a declarar como testigo a su hijo en el juicio por su fallecimiento. 'Ellos dicen que es un fallo, pero a mí este error, aparte de haberme causado un dolor tremendo, me demuestra el poco interés que la justicia pone en este tipo de casos', dijo, y aprovechó para quejarse de que el único acusado en el juicio sea el encargado del taller. 'Los dueños de la empresa también tienen que responder por estas cosas', manifestó. El fiscal pide una indemnización de 20 millones de pesetas para la familia del joven. Rafael Almahano tenía un contrato de prácticas por seis meses en el taller, y cuando murió había cumplido cuatro.