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NUEVA ETAPA EN UNA ENTIDAD SEPTUAGENARIA

El Museo de Bellas Artes de Bilbao cambia su aspecto

El edificio se abre al parque de Doña Casilda con una galería de comunicación acristalada

El Museo de Bellas Artes de Bilbao inicia el sábado una nueva etapa en historia de más de 70 años, con la reapertura al público de sus instalaciones reformadas y puestas a punto tras tres años de obras. El museo dispone ahora de más espacio de exposición, mejores servicios de biblioteca, un auditorio de 220 butacas, cafetería y restaurante, y más amplios almacenes, talleres y oficinas de administración.

Pero los visitantes detectarán los cambios más notables en los accesos y en el recorrido por el interior de las instalaciones. La puerta del edificio antiguo, enmarcada por una fachada de ladrillo rojo que mira al puente de Deusto, quedará fuera de uso, reservada para recibir a los invitados en las grandes inauguraciones. En su lugar, como ha venido sucediendo desde el verano de 2000, la entrada al nuevo vestíbulo será accesible desde la plaza de Arriaga y desde la plaza dedicada a Eduardo Chillida, donde cuelga, suspendida de cables de acero, su escultura Lugar de encuentros IV.

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Una elección muy particular

El eje que forman las dos plazas atraviesa el vestíbulo, que da paso tanto a la sala de exposiciones temporales BBK y a la galería del segundo piso como a los espacios del edificio antiguo, que contendrán las obras de la colección permanente.

Las obras para construir un nexo de unión entre el edificio antiguo y el ala contemporánea han respetado las construcciones originales. La solución ha sido levantar una galería acristalada, que abraza por el exterior los antiguos muros ciegos, abriendo el museo al parque de Doña Casilda. En su interior, una rampa une los dos niveles de salas de exposición y permite realizar un recorrido ininterrumpido por toda la extensión del museo. En total, la pinacoteca tiene ahora 14.250 metros cuadrados de superficie, 6.450 más que antes de las obras, aunque la mayor parte no serán accesibles al público.

Antes de empezar los trabajos las previsiones señalaban que el renovado museo podría funcionar a pleno rendimiento a finales de 1999. Las sucesivas fases en las que fueron divididas las obras han ido acumulando retrasos, e incluso la fecha de inauguración oficial fue pospuesta desde octubre al 9 de noviembre. En el proceso, el coste de la reforma se ha encarecido desde los 2.133 millones de pesetas presupuestados inicialmente a la última valoración en 2.500 millones, a falta de incluir los gastos de última hora.

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