Tres rivales de caramelo
El Madrid se medirá al Oporto, el Sparta de Praga y el Panathinaikos
Más allá del optimismo turístico que despertaron los tres rivales en los jugadores del Madrid -'Lo más positivo es que Praga es una ciudad muy bonita', dijo Roberto Carlos- lo cierto es que el Oporto, el Panatinaikos, y sobre todo el Sparta de Praga, son conjuntos muy competitivos. 'Miren', señaló Del Bosque a la prensa, ayer al salir de su despacho con una carpeta en la mano; 'éstos equipos han dejado fuera al Celtic, al Rosemborg, al Spartak de Moscú, al Feyenoord, al Mallorca...'.
- Sparta de Praga, un equipo inexperto pero temible. El Sparta de Praga es un equipo tan inexperto como temible. Es el mayor productor de talentos del fútbol checo, hoy por hoy, la cantera más prolífica de Europa del Este. Campeón de la Liga local durante los últimos cinco años, la nueva versión del Sparta destaca por un fútbol cuya mayor gloria se remonta a las dos décadas que precedieron a la Segunda Guerra Mundial. El Sparta comenzó la Liga de Campeones de manera brillante. Debutó con un empate ante el Bayern (0-0) en el estadio Olímpico y en la siguiente fecha goleó al Feyenoord (4-0) en el estadio Letna, un recinto techado al modo de los típicos estadios británicos en el que caben 22.000 espectadores. En toda la primera ronda se destacó por una defensa sólida. Sólo encajó tres goles y perdió un partido, contra el Bayern en Praga (0-1).
La juventud es la mayor seña de identidad del Sparta, que juega con un sistema clásico de 4-4-2. Blazek o Cech (18 años), han demostrado en la primera fase ser dos porteros autoritarios, con categoría para la alta competición. El central Novotny y los centrocampistas Sionko y Svodoba ofician de líderes. Los volantes Jarosik (derecha) y Michalik (izquierda) tienen llegada y disparo desde las bandas y ejecutan los tiros libres. Jun (18 años) y el nueve Kind son los titulares de una delantera que parece ser la línea menos contundente del equipo checo.
- Panathinaikos, un rival sin demasiado brillo. Metido en la fortaleza del fragoroso estadio Apostolos Nikolaidis (76.000 espectadores) el Panatinaikos ha derrotado al Arsenal (1-0), el Shalke (2-0), y el Mallorca (2-0). En su estadio, el subcampeón griego cuenta con una hinchada que se desvive por arbitrar los partidos. Juega en la Liga de Campeones con la esperanza de reeditar la temporada en la que alcanzó la final, en 1972, que perdió con el Ajax de Cruyff. Es un rival sin demasiado brillo pero tiene oficio de sobra y piel de elefante.
El Panatinaikos es un conjunto avocado al contragolpe. Se mueve en torno a la inventiva del portugués Sousa, que gira entre el medio campo y la delantera en un sistema de 4-2-2-2, culminado por Vlaovic como segunda punta y Karagounis en el puesto de diana.
- Oporto, un discreto balance. El Oporto, el más cercano geográficamente y el más conocido futbolísticamente, vaga por la Liga de Campeones desde su fundación sin dar más titulares que los de su discreto rendimiento (aunque ganó bajo la denominación Copa de Europa una final al Bayern de Múnich en 1987 y cayó otra vez ante los bávaros en 2000 en cuartos de final). Los portugueses cuentan en sus filas con el delantero argentino Esnáider y con el veterano y gris Carlos Secretario. Este año se clasificó en la última jornada aprovechando la debilidad del Rosemborg. Contra el Juventus, el más fuerte de su grupo de clasificación empataron sin goles en Oporto y cayeron con claridad en Turín (3-1).
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