Un experimento granadino realizado en el espacio puede mejorar el conocimiento de enfermedades
El dispositivo de cristalización de proteínas ha permanecido dos meses en la ISS
La tripulación de la nave Soyuz, que llegó ayer al cosmódromo ruso de Baikonur procedente de la Estación Internacional del Espacio (ISS), ha traído de vuelta a la tierra un experimento realizado por el Laboratorio de Estudios Cristalográficos del CSIC, en Granada, con el que se pretende mejorar la técnica de cristalización de proteínas, útil para el conocimiento del cuerpo humano y de sus enfermedades. El dispositivo, llamado Granada Crystallisation Box, ha permanecido dos meses en el espacio con el objetivo de optimizar este producto que ya se comercializa en tierra.
Tras la vuelta a la tierra de este experimento se van a estudiar los cristales formados, en gravedad reducida, a partir de las 23 proteínas introducidas en la caja. El objetivo es comparar su calidad con la de la cristalización que se produce en tierra y comprobar si resultaría rentable realizar siempre la cristalización de proteínas en el espacio. Dada la importancia de este proceso, que puede ayudar a conocer el funcionamiento de las enfermedades en el cuerpo humano, el director del Laboratorio de Estudios Cristalográficos, Juan Manuel García-Ruiz, aseguró que merecería la pena gastarse los tres millones de pesetas que cuesta el envío al espacio de esta caja, con un kilogramo de peso, si se demuestra que la calidad de los cristales es mayor en baja gravedad.
Diez laboratorios de países de la Unión Europea y de Rusia, que han aportado las proteínas cristalizadas, evaluarán durante los próximos meses la calidad de los cristales crecidos en el espacio y los que dejaron en Moscú los científicos del Laboratorio del CSIC, como experimento paralelo idéntico, destinado a la comparación.
STS-95
El grupo de expertos del departamento de Estudios Cristalográficos ubicado en Granada ya descubrió esta técnica de cristalización de proteínas hace años y tuvo oportunidad de comprobar sus resultados también en el espacio con la misión STS-95, en la que se encontraba el astronauta español Pedro Duque. Ahora ha desarrollado un dispositivo destinado a obtener de forma sistemática los cristales, a través de unos capilares dentro de una caja: la Granada Crystallisation Box. Este producto, que fabrica la empresa granadina Plásticos Hita y que comercializa New Bio Technic, de Sevilla, ya se ha comenzado a utilizar en los laboratorios de investigación de todo el mundo como alternativa a las técnicas clásicas de cristalización de proteínas, porque 'este nuevo sistema evita el rastreo ensayo-error que se hacía hasta ahora', por lo que supone un ahorro de tiempo, trabajo y dinero.
Cada una de estas cajas se vende ahora a 1.000 pesetas, pero si se comprobara la utilidad de realizar el proceso de cristalización en el espacio su precio ascendería considerablemente, pues hay que pagar tres millones de pesetas por las 23 cajitas que se han enviado dentro del paquete. 'Lo que interesa es hacer el mejor cristal del mundo', afirmó García-Ruiz.
Una vez que los científicos han averiguado gran parte del funcionamiento genético humano el siguiente reto es conocer el funcionamiento de las proteínas, ya que 'casi todas las enfermedades están ligadas al funcionamiento de una de estas moléculas', según la explicación del director del Laboratorio. La patente de esta técnica es del CSIC, pero la empresa sevillana tiene licencia para su uso en tierra, mientras que la Agencia Espacial Europea (que ha contratado al Laboratorio para este último experimento) tiene la potestad para su empleo en el espacio.
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