Los dueños de la Casa de la Inquisición en Mancha Real piden autorización judicial para demolerla

Un juez dictaminará si procede o no la demolición de la llamada Casa de la Inquisición de Mancha Real (Jaén). Los actuales moradores del inmueble han interpuesto un contencioso con el que esperan recibir luz verde a su proyecto de construcción de tres viviendas, lo que implicaría demoler el edificio y el cambio de ubicación de su portada palaciega del siglo XVII. La Consejería de Cultura, que tiene incoado expediente para declarar la Casa de la Inquisición como Bien de Interés Cultural, ha pedido al Juzgado que se mantenga la estructura actual del inmueble.

La Casa de la Inquisición perteneció a la familia Martínez Bordiú, que ya quiso trasladar, sin éxito, la portada palaciega hasta una finca próxima de su propiedad en Arroyovil, donde el general Franco solía pernoctar cuando acudía a Jaén a cazar. La familia Bordiú vendió el inmueble pero mantuvo la propiedad de la portada palaciega del siglo XVII, construida por el arquitecto López de Rojas, el mismo autor de la fachada de la catedral de Jaén. Ahora, los actuales moradores de la casa, acuciados por el pésimo estado de conservación de la misma, pretenden demoler este edificio histórico y construir tres viviendas nuevas.

Tras la negativa del Ayuntamiento de Mancha Real a concederle licencia de obras en base al dictamen emitido por la Comisión Provincial de Patrimonio Histórico de Jaén, Manuel Díez Linares, actual propietario, ha llevado el caso al Juzgado de lo Contencioso Administrativo número 1 de Jaén. El demandante argumenta el grave riesgo existente para la integridad de su familia por cuanto el inmueble se encuentra apuntalado por su estado de deterioro. El proyecto elaborado por el arquitecto Antonio García Uceda prevé el traslado de la portada hasta un lateral del inmueble.

A ese hipotético traslado se oponen tanto su propietario, José María Martínez Bordiú, barón de Gotor -'si se traslada será al lugar que me guste a mí', manifestó recientemente a este periódico- como la Consejería de Cultura.

La Delegación provincial en Jaén presentó la semana pasada ante el Juzgado que instruye el contencioso un informe elaborado por el catedrático de Historia del Arte de la Universidad de Jaén, Pedro Galera Andreu, donde se alerta de que la construcción de viviendas 'rompe todo el valor tipológico de la casa', definida por su distribución interior con vanos, galerías y cámaras porticadas.

El profesor Galera considera que el inmueble se identifica con la casa que vendió en 1701 el Familiar de la Santa Inquisición (funcionario honorífico de esta institución), Diego Martínez Vadillos, a Francisco Calderón, 'de lo que se deduce que tal inmueble fue establecimiento de la citada Institución', asevera.

Los historiadores creen que en este lugar el tribunal religioso castigaba y perseguía el luteranismo, el erasmismo u otras prácticas consideradas como delitos contra la fe.