Semana de pasión
El fútbol español contiene la respiración: las dos superpotencias, el Madrid y el Barça, están citadas en Chamartín el próximo domingo. La cumbre más caliente de la Liga de nuevo convertirá el clásico de todos los clásicos en una caldera de pasiones rebosante de riñas, vaciles, chismorreos, tembleques, análisis...
Y todo desde hoy mismo, con la cuenta atrás a una semana vista, porque en este caso se amplifican más que nunca las urgencias propias de este juego.
En el plano futbolístico, uno y otro llegan más aliviados de lo previsto, con los deberes europeos impecables y con una agradable resaca tras la última jornada liguera. El Madrid, cuando tenía todas las luces de emergencia echando humo, resucitó ante el Villarreal y rescató tres puntos, su primera victoria del campeonato fuera del Bernabéu. El Barça encadenó frente al Betis sus mejores minutos de la temporada y tanto en el primer tiempo como en el segundo. Así las cosas, uno y otro llegarán separados por seis puntos. Un bocado en caso de victoria madridista y todo un océano en caso de triunfo azulgrana. Además, ambos salieron aupados por el apagón del Deportivo en Vallecas, aunque, se sostiene en cabeza tras los resbalones del Celta (1-1 en Balaídos ante el Valladolid) y el Valencia (1-1 en el Sánchez Pizjuán).
Con Rivaldo y Roberto Carlos atrapados en Brasil, con Luis Enrique descartado por lesión y con Overmars y Guti en manos de los curanderos, los técnicos tendrán que rascarse las entrañas para encuadrar adecuadamente a uno y otro conjunto. Sí estarán, en principio, Zidane y Saviola, que ya suman cuatro goles cada uno. Los mismos que Kluivert -qué joya su taconazo en el gol de Saviola al Betis- y Raúl -que empinó al Madrid en El Madrigal-. Por tanto, aun sin los brasileños, al clásico no le faltará salsa.
Como tampoco falta picante en Zaragoza, donde Txetxu Rojo está contra las cuerdas después del patinazo de ayer ante el Málaga (0-2) con dos tantos de Musampa. Otro que está enchufado ante el gol es Coloccini, defensa del Alavés, que anotó ante la UD Las Palmas (1-0) su tercero en una semana. Pero una tarjeta le dejará fuera del duelo vasco del sábado en San Mamés, donde, por cierto, el Athletic sigue sin ganar. Ayer se lo impidió el Espanyol (1-1). Lo que nadie podrá lograr es sofocar la semana de pasión que se avecina. Un clásico de tanto voltaje que no cicatrizará el próximo domingo.
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