_
_
_
_
_
Entrevista:JOHN DE WIT | CONSEJERO DELEGADO DE VODAFONE ESPAÑA

'Hay sitio para un cuarto operador de telefonía móvil'

Vodafone no sólo quiere cambiar el nombre de Airtel, sino dar un nuevo impulso a la compañía

Ramón Muñoz

Airtel es ya historia. A partir de hoy, los más de siete millones de clientes que tiene el segundo operador de móviles tienen como nueva marca la de Vodafone España, asumiendo el nombre del principal accionista y primera compañía de móviles del mundo. Pero la multinacional británica, que tomó el control absoluto del operador en mayo, no sólo quiere cambiar el nombre a la compañía, sino dar un nuevo impulso a una empresa que, tras cinco años de existencia, posee el 28,4% del mercado, con unos ingresos anuales de 2.599 millones de euros y 4.000 empleados.

John de Wit, de 55 años, es el hombre que Vodafone ha elegido para ese relanzamiento. Como buen holandés, comenzó trabajando para Philips y, tras pasar por otras multinacionales, regresó a su país para dirigir Libertel, la segunda compañía de móviles, donde ha pasado los últimos cinco años. Habla un perfecto español (sin acento Van Gaal, como le gusta precisar), fruto de su experiencia profesional en México y Barcelona. Desde finales de junio, es consejero delegado de Vodafone España.

'Nuestros clientes son también cada vez más móviles y necesitan una marca global para comunicarse siempre con la misma calidad'
'No estamos interesados en ningún pleito y esperamos que en las discusiones con el Gobierno sobre la tasa lleguemos a un acuerdo'
'Lo importante son las aplicaciones, no la tecnología. Si queremos que el UMTS tenga éxito, tenemos que hacer aplicaciones divertidas'

Pregunta. Después de seis años, Airtel era una marca consolidada y bien reconocida. Ahora han decidido llamarse Vodafone España. ¿No entraña un cierto riesgo ese cambio?

Respuesta. Indudablemente Airtel es una marca potente y bien conocida en España. El trabajo hecho por Airtel merece un récord guinness. Pero no es ésa la discusión. El mundo de la telefonía móvil va a ser cada vez más un mercado global, porque nuestros clientes se están moviendo más, son más móviles también ellos y quieren comunicarse con la misma calidad que cuando están en su país. Piense que sólo España recibe 60 millones de visitantes al año. Y ése es precisamente el reto. Había que elegir y elegimos por una estrategia que hace tiempo tiene Vodafone, y que parte de la necesidad de crear una gran marca mundial.

P. ¿Pero no temen que el cliente les perciba como algo ajeno, una pura multinacional?

R. Que no le quepa ninguna duda a nadie que vamos a tener mayor presencia aún en España que con Airtel. El hecho de que seamos ahora Vodafone no implica que no tengamos que dar servicio, por ejemplo, a la Junta de Andalucía o a los clientes de Asturias.

P. ¿Se plantean algún patrocinio estrella, del estilo del Manchester en Inglaterra?

R. Ya patrocinamos la Liga de Fútbol Profesional y el atletismo. Pero no nos plateamos patrocinar un gran equipo de fútbol. Más bien vamos a ir a temas más sociales.

P. Antes de su llegada, se decía que Airtel perdía cuota de mercado.

R. Eso no es así, y lo demuestran los datos del cierre del ejercicio. Pero, además, que perdamos cuota de mercado no quiere decir que perdamos clientes. Vodafone fue la primera compañía en el mundo que dijo que los simples números de cuota de mercado no representan lo que está pasando en ese mercado ni los resultados de una compañía móvil. En España se dice que la cuota de población que tiene un móvil es del 68%. Pero todos sabemos que eso no significa que el 68% de los españoles esté utilizando el móvil. Estimo que, en nuestro caso, un 13% de los clientes de prepago es inactivo, es decir, no han hecho una llamada en un mes ni la han recibido. Y esa proporción no es peor que la de Amena o la de Telefónica.

P. Y Vodafone tiene los mejores clientes del mercado.

R. Un 44% de nuestra base de clientes es de contrato, mientras que el promedio del mercado es del 32%. Tenemos proporcionalmente mucho mayor porcentaje de clientes de contrato que de prepago, y eso es importante si tenemos en cuenta que un cliente con contrato consume igual que cuatro de prepago.

P. Xfera ha decidido recientemente que aplaza su proyecto hasta 2003. ¿Hay sitio para un cuarto operador en España?

R. La contestación es muy directa: sí. Yo vengo de Holanda, un país donde con sólo 16 millones de habitantes hay cinco operadores. Lo digo abiertamente y se lo hemos hecho saber también al Gobierno, que no tenemos nada en contra de la llegada de Xfera, ni tampoco de que le den espectro de GSM y DCS. Siempre y cuando lo hagan bajo los mismos términos. Es decir, también que esté sujeto a las mismas obligaciones

P. De hecho, Airtel fue la única compañía que firmó un acuerdo con Xfera para prestarle cobertura de red, aunque sus responsables consideran demasiado caros sus términos.

R. No comparto esa opinión. No entiendo que los socios de Xfera digan ahora que es caro apenas dos meses después de haber firmado el contrato. Desde Vodafone no puedo juzgar cuál es el nivel de gastos que puede permitirse Xfera para comenzar a operar ahora en lugar de esperar. Lo único que puedo decir es que hemos negociado un contrato competitivo que le permite, bajo su propia marca en toda España, empezar la comercialización de servicios GSM y hasta GPRS.

P. En el tema del UMTS hubo ambición por parte de los Gobiernos por hacer caja. Pero reconocerá que también hubo imprevisión por parte de las compañías que apostaron por una tecnología de la que lo más parecido sólo funciona hoy en Japón.

R. Creo que sobre esto hay bastante confusión. En primer lugar, en Japón la penetración de Internet no es muy alta, y el móvil como acceso a la Red es más importante que el PC. Nuestro caso en Europa es muy distinto. Hay que hacer una reflexión. En España, por ejemplo, apenas hace seis años sólo había un 2% de la población. Entonces, el móvil no tenía éxito porque no había mercado. No tengo ninguna duda de que, con el tiempo, habrá también un mercado masivo de acceso a Internet y de que el móvil jugará un papel muy importante.

P. ¿Entonces, el móvil va ser de verdad ese aparato mágico multiusos?

R. Dependerá de las circunstancias. Cuando quiera ver una película pay per view no voy a estar pegado durante tres horas a la pequeña pantalla del móvil. La voy a seguir viendo en mi casa, con los zapatos quitados y con una botella de rioja al lado. Lo mismo ocurrirá cuando necesite hacer una transacción bancaria más o menos complicada. Me iré a mi despacho y la haré desde el PC de mi escritorio. Pero, cuando desee un acceso rápido para una operación simple e inmediata, usaré el móvil.

P. El futuro sigue pasando entonces por el UMTS.

R. Por supuesto que sí. La tecnología no es nada más que eso, tecnología. Hemos pasado del GSM al dual, ahora vamos al GPRS y, cuando necesitemos más capacidad, llegaremos al UMTS. Pero lo importante son las aplicaciones, no la tecnología. Si queremos que el UMTS tenga éxito, tenemos que hacer aplicaciones divertidas.

P. ¿Se atreve a dar una fecha?

R. La primera fase de la infraestructura estará lista en 2002, aunque, según los proveedores, no habrá terminales hasta el tercer o cuarto trimestre del próximo año. Eso quiere decir que en 2002 no habrá gran cosa, por no decir nada, y sólo comenzará a arrancar en 2003.

P. ¿Es posible en España imitar el ejemplo alemán y compartir redes para ahorrar costes?

R. Si el Gobierno lo permite, y no veo ninguna razón por la que no tuviera que hacerlo, sería posible. Y supondría un importante ahorro de costes, un despliegue más rápido de red e incluso tendría ventajas desde el punto de vista ecológico.

El futuro de la tasa radioeléctrica y el ejemplo francés

Pregunta. Vodafone tiene dos importantes contenciosos frente a la Administración española. El primero es la asignación de todas las frecuencias que les pertenecen, un asunto que está en la Audiencia. ¿Hay frecuencias disponibles? Respuesta. Hay muchos países en los que hay cuatro operadores o más y, sin embargo, tienen suficiente espectro radioeléctrico para todos . ¿Por qué no en España, en la que sólo operan tres compañías? Cuando se ha querido encontrar espectro se ha encontrado, como ha ocurrido en Francia e Italia, por ejemplo. P. El segundo es la famosa tasa radioeléctrica. El Gobierno ha rebajado este año en 100.000 millones su importe. Pero no parece que ello haya servido para calmar su descontento. Agotada la vía administrativa, sólo les queda como recurso llevar el asunto a los tribunales. R. Tenemos todavía la esperanza, pero nada más que la esperanza, porque no tengo ninguna otra indicación, de que lleguemos a un acuerdo antes de eso. Como Vodafone, no deseamos un enfrentamiento con nadie. Lo único que pretendemos es una tasa justa que refleje las circunstancias del mercado, que, por cierto, se ha modificado bastante desde hace un año. Francia acaba de suavizar las condiciones de sus licencias de UMTS, rebajando el precio de las concesiones a Vivendi y France Télécom. Y eso es un reconocimiento de que la tercera generación de telefonía móvil se ve hoy de forma muy distinta que hace un año. Entonces se pagaron miles de millones por las licencias en Inglaterra y Alemania, causando un destrozo a la industria de telecomunicaciones. La situación ahora es muy distinta. Estamos a favor de pagar una tasa, pero justa, y la que está hoy sobre a mesa nos parece todavía un poco alta. No estamos interesados en ningún pleito y esperamos que en las discusiones con el Gobierno llegaremos a un buen acuerdo. P. ¿Y cuáles son las claves de ese acuerdo? R. Necesitamos un cierto nivel de estabilidad. Estamos invirtiendo millones de euros y me parece lógico, justo y correcto que se introduzca ese gasto como un cierto factor de estabilidad, de, como mínimo, cinco años. No creo que eso sea muy complicado.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Ramón Muñoz
Es periodista de la sección de Economía, especializado en Telecomunicaciones y Transporte. Ha desarrollado su carrera en varios medios como Europa Press, El Mundo y ahora EL PAÍS. Es también autor del libro 'España, destino Tercer Mundo'.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_