Microsoft consigue con Windows XP su mejor sistema operativo desde 1995
La compañía de Bill Gates ofrece tres configuraciones distintas para otras tantas diferentes necesidades: las del usuario doméstico; las del experto o la pyme y la de gama alta para empresas con buen equipo.
Con XP, Microsoft supera su mayor asignatura pendiente: la robustez del sistema. Hasta ahora, Linux (sistema operativo abierto), por ejemplo, presumía de tener un código más robusto y económico. A partir del nuevo XP que se presenta hoy, la competencia deberá centrar sus argumentos en la segunda característica. Para Microsoft, para la mayoría de usuarios y para la industria, que XP no se cuelgue es el hecho más significativo.
La explicación tecnológica de esto es que Windows XP es un puente entre la familia doméstica y la profesional de Windows. Con XP, ambas líneas comparten una importante parte de su código, de modo que los usuarios domésticos que hasta ahora utilizaban Windows 98 SE o Millennium se benefician de la estabilidad propia de un sistema operativo profesional, mientras que los usuarios corporativos que utilizan Windows 2000 podrán ampliar el parque disponible de aplicaciones y periféricos, incluso los más vanguardistas.
Una vez que la fiabilidad del sistema parece asegurada, y que la facilidad de uso que aporta XP ha dado un nuevo e importante paso, los usuarios domésticos podrán centrar su atención hacia otras cuestiones esenciales para la utilización cotidiana de su sistema. Entre ellos el precio, la existencia o no de controladores, la tecnología de voz o el servicio de activación, por ejemplo. En cuanto a los usuarios corporativos, puede existir el temor de quedar encerrados, es decir, sin posibilidad de salir de las aplicaciones del fabricante. Así lo revela una encuesta de Information Week realizada a 500 directores de departamentos de TI norteamericanos.
Según IDC, el pasado año, la compañía de Gates controlaba el 92% de sistemas operativos cliente, el 41% de servidores, y el 78% del mercado de navegadores web. Windows XP es un único sistema operativo pero con tres configuraciones bien diferenciadas: Windows XP Home Edition, la más económica, destinada a usuarios finales (reemplaza a Millennium) y que puede funcionar en redes domésticas con un máximo de cinco usuarios conectados.
La configuración intermedia, destinada a usuarios expertos, profesionales y, sobre todo, a pymes, es Windows XP Professional, que reemplaza a Windows 2000 Profesional y que aporta un importante número de funciones avanzadas, como encriptación, multilenguaje o servidor web. Por último, la configuración de gama alta es Windows XP Professional 64 bits, dirigida a aplicaciones de alto rendimiento en sistemas equipados con el chip de Intel Itanium de 64 bits.
Con este trío de productos XP, Microsoft cumple la parte cliente de su proyecto Whistler, que completará el año próximo con la versión del servidor de su sistema operativo, aunque los productos no aparecerán bajo la etiqueta XP. El objetivo con éste y otros pasos es cubrir todo el espectro de tecnologías de la información que necesitan los usuarios.Al comprar un ordenador nuevo encontrará ya preinstalado el sistema operativo Windows XP: usted no deberá preocuparse por los problemas de la instalación. En muchos caso, sin embargo, sí deberá configurar el sistema para que la impresora, escáner, cámara web o unidad de DVD funcionen. XP detecta la presencia en el ordenador de cualquier aparato y se encarga de actualizar su controlador (driver, en inglés) pero en algunos casos puede solicitar el disco del fabricante del periférico. Por suerte, la nueva versión de Windows facilita estas tareas gracias a los asistentes del sistema, más eficaces que en versiones anteriores.
Instalación
Para instalar XP en el ordenador se recomienda utilizar la herramienta de comprobación de compatibilidad que detecta posibles conflictos con el hardware. En este caso, el sistema sustituirá automáticamente el controlador defectuoso o pedirá una versión más actualizada que, posteriormente, se descarga desde la web del fabricante del aparato.
A partir de hoy, en la web de Microsoft se encuentra la relación de aparatos compatibles con Windows XP, que según el responsable de prensa, José Romero, ya es superior a la de Windows 98. La compañía asegura que sus laboratorios en Redmond (Estados Unidos) han probado la compatibilidad de todos los aparatos informáticos para Windows del mercado, de los que se venden más de 5.000 unidades. Microsoft ha sido más exigente a la hora de certificar la compatibilidad de un aparato con XP. Por esta razón, si el sistema avisa sobre su falta de calidad no significa que no acabe funcionando aceptablemente.
Si el controlador ocasiona algún estropicio, la función Restaurar el sistema recupera la configuración existente antes de la aparición del problema. Sin embargo, no está de más comprobar en cada nueva compra que el aparato luzca el logo 'Diseñado para Windows XP'.
Actualizar o reinstalar
XP se instala en el directorio predeterminado por el sistema salvo que el usuario elija otro. Si la anterior versión no mostraba un comportamiento estable será preferible reinstalar desde cero, tanto si se trataba de una versión doméstica como de Windows NT o 2000. Este opción obliga a reinstalar todas las aplicaciones que se van a utilizar, lo que no ocurre en la simple actualización a XP, pero a cambio aseguramos que nuestro ordenador se comporte, por fin, como un sistema robusto y fiable, y en el que las famosas 'pantallas azules de la muerte' sean una cosa del pasado.
Si se elige la opción de reinstalar, el sistema pregunta qué tipo de particiones de disco duro se desea utilizar: FAT o NTFS. Es más aconsejable inclinarse por la segunda, más sofisticada en sus opciones de seguridad y que además aguanta mejor las interrupciones eléctricas. En ambos casos es conveniente dejar a la partición un espacio superior a los 4 GB para que el sistema y las aplicaciones trabajen holgadamente. Cualquier unidad de disco duro trabaja mejor cuando cuenta como mínimo con un 20% de espacio disponible. También rinde más si su contenido se desfragmenta de forma periódica.
Una vez superada esta fase, la instalación de Windows XP continúa fluyendo del CD-ROM al sistema. En este proceso, los asistentes del sitema ayudan al usuario más experimentado a seleccionar diversas opciones como, por ejemplo, la configuración de acceso a redes, el acceso a Internet o el cortafuegos personal. Si lo desea, los asistentes también le ayudan en la configuración de una red doméstica de como mínimo dos equipos PC o portátiles, sin olvidar las conexiones físicas necesarias.
Los que no sean capaces de completar estas tareas no deben acomplejarse. Los asistentes de XP son un gran paso adelante aunque todavía no sustituyen la ayuda humana de los servicios técnicos, los consejos del vendedor e incluso del proveedor de acceso. Además, gracias a la función de asistencia remota, el servicio técnico o un amigo manitas pueden tomar el control de nuestro ordenador y afinar el funcionamiento del sistema, con la debida autorización del propietario del ordenador.
Poner en marcha
Una vez terminada con éxito la instalación, el siguiente paso es afrontar la licencia. Para evitar gestiones innecesarias es mejor no darse de alta hasta comprobar que todo funciona correctamente y tener bien claro que se quiere utilizar el nuevo sistema.
A diferencia de anteriores versiones del sistema operativo Windows, si la licencia no se activa 30 días después de ser instalado, XP dejará de funcionar.
La Tecnología de Activación de Producto no es necesaria en el caso de compras por licencia para usuarios corporativos, pero sí para los que han adquirido XP en caja o preinstalado. Con ella, Microsoft permite dar de alta la instalación a través de Internet. También se puede hacer llamando a Microsoft, proporcionando el número de identificación de la instalación y tecleando el código de activación que nos proporcionará el servicio de Activación.
Se trata de un inacabable código de 50 dígitos que vincula cada instalación con el PC del usuario en el que va a funcionar.
La farragosa tecnología de Activación, con la que Microsoft combate el uso ilegal de su software, es uno de los aspectos más criticados de XP. Como contrapunto, el nuevo sistema aporta centenares de mejoras y de útiles nuevas herramientas. Algunas de ellas se describen en los textos que acompañan a las capturas de pantalla de este artículo. Otras son la posibilidad de grabar CD-ROM directamente desde el sistema, lo que permite utilizar la unidad de CD-ROM como si fuese otro disco duro; la tecnología Clear Type, que aumenta la resolución horizontal de la pantalla en un 300%, la mensajería multimedia o la notificación automática y vía Internet de posibles errores.
Pero la novedad más importante es que se trata de un sistema realmente fiable. Vale la pena insistir porque ha sido preciso esperar dos largas décadas, desde la aparición del primer PC en 1981 equipado con el sistema operativo DOS 1.0 hasta la versión XP que hoy presenta Microsoft.
Ficha técnica
Windows XP Home Edition Versión en caja: 42.700 pesetas, IVA incluido (256 euros). Actualizaciónes: 21.999 pesetas, IVA incluido (129,900 euros) Preinstalado en ordenador: Precio similar a la versión de actualización. Windows XP Professional Actualización desde Windows 98, Millenium; NT 4.0 y 2000: 299 euros (49.990 pesetas, IVA incluido). Precios especiales para múltiples licencias a partir de 5 puestos de trabajo. Requisitos mínimos Procesador: Intel Pentium/Celeron, familia AMD, K6/Athlon /Duron o compatible, con una velocidad mínima de 300 MHz; Memoria RAM: 64 MB, preferible 128 MB; Espacio libre en disco: 1,5 GB
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