Maíta Vende Cá apuesta por sonidos flamencos más 'poperos' en su cuarto álbum

Maíta Vende Cá, el grupo de La Isla de San Fernando (Cádiz) que fusiona el flamenco con cualquier música que se le cruce, acaba de editar su cuarto disco Trabajito me ha costao. La banda formada por Antonio Caña (catante), Manuel Lucas (guitarrista) y Dani Gallego (percusionista) se formó en 1996 y con su segundo álbum, No hay luz sin día, sorprendió al mercado con más de 200.000 ejemplares vendidos. Cifra desorbitada para un grupo practicamente desconocido y que se distribuyó principalmente fuera de Andalucía.

'Este álbum tiene un punto más popero que los anteriores. Además, le hemos incorporado instrumentos nuevos para nosotros como el banjo o los violines. Es más modernito que los otros, porque se nota la influencia de Fernado Illán, nuestro nuevo productor', comentó ayer en Sevilla Antonio Caña, 27 años y alma del grupo.

El nuevo trabajo, el primero que han grabado con Muxxic de Gran Vía Musical, salió al mercado el pasado día 16 y ya se ha convertido en disco de oro (50.000 copias).

Maíta Vende Cá, que en caló significa 'mi madre es gitana', nació por casualidd. Antonio Caña, que trabajaba con su padre en una pescadería, se rompió una pierna y para matar el aburrimiento se puso a componer con sus amigos. El guitarrista Manuel Lucas Luquitas, de 25 años, es el único que se dedicaba a la música antes de crear el grupo.