Primer Jardiel

En Jardiel Poncela hubo un autor que quería estar dentro de su tiempo, de cómo se hacía el teatro y para qué se hacía (entre otras cosas, muchos escritores lo hicieron sólo por el dinero que podía dar en relación con los géneros pobres), y otro que pugnaba por levantar su personalidad, su rebeldía, su originalidad. Esta pugna interna se ve a lo largo de su carrera, y es más compleja con los cambios de los tiempos históricos y con su evolución propia. Esta Noche... es una de las obras primeras y algunos historiadores la consideran la primera. En ella se encuentran parte de lo que serían después sus hallazgos personales, y también algunos de sus defectos permanentes. Las frases en forma de aforismos divertidos, cínicos, extemporáneos y la preparación de esas frases, que modifican el desarrollo del diálogo y de la acción, las reiteraciones, los personajes de servicio con entidad propia, las sorpresas -el que aparece por el balcón en plena madrugada, los parentescos y hallazgos personales entre personajes, la inversión repentina de las situaciones- están en esta obra como embriones. Para mal y para bien; quizá más para mal. El carácter de homenaje que la quiere dar el Centro Cultural se debe entender como la resurrección de una obra que sirve para conocer los antecedentes del excelente autor, aunque podrían haber buscado algo más actual y más vivo de las docenas de obras de su repertorio.

El público, de todas maneras, reconoce en ella al autor querido, ríe a veces y aplaude a los actores que se reúnen en torno a Pedro Osinaga y Blanca Marsillach para tratar de dar una actualidad al texto.