Identificada la mujer asesinada que un ciclista halló en la Casa de Campo
La víctima, una dependienta de 27 años, desapareció hace unos días

Un ciclista que circulaba el sábado por el cerro Garabitas encontró el cadáver de Susana Valdivia dentro de una zanja, de un metro de profundidad, que impide el paso de los coches hacia el interior de la Casa de Campo. Los pies de la víctima, que llevaba unos llamativos calcetines rojos, sobresalían de la zanja. El cadáver estaba boca arriba y presentaba bastantes signos de violencia: tenía la cara desfigurada por los golpes, el cuello presentaba una extraña torsión que indicaba que podría estar roto y en la zona cervical había diversas heridas inciso-cortantes.
La policía mantuvo el sábado que el cadáver encontrado no correspondía a una de las prostitutas que trabajan en la Casa de Campo, ya que los calcetines que llevaba no tenían restos de tierra y la ropa estaba relativamente limpia. Los investigadores creen que la víctima fue asesinada en otro lugar y trasladada al cerro Garabitas, con la intención de ocultar el crimen.
Los padres de Susana Valdivia acudieron ayer al Instituto Anatómico Forense, ya que las características de la víctima correspondían con los rasgos físicos de su hija. Tras ver el cuerpo, confirmaron que se trataba de ella. Anoche todavía constaba en el registro del instituto como 'desconocida'.
Denuncia en Arganzuela
El padre de la víctima, Francisco Valdivia, señaló que había echado en falta a su hija a mediados de la semana pasada. El viernes acudió a casa de unos conocidos, en Arganzuela, para ver si Susana se encontraba con ellos. Al ver que no estaba en esa residencia, denunció su desaparición ese día en la comisaría del distrito.
Desde entonces, la familia ha estado sin noticia del paradero de la mujer. 'Todavía no sabemos cómo ha ocurrido ni quién ha podido matarla. Desde luego, a nosotros [los padres] no nos consta que tuviera problemas para que alguien pudiera hacerle algo así', explicó el padre, muy afectado por la pérdida de Susana. Ésta era la mayor de dos hermanos y trabajaba como dependienta de una tienda en la capital, según añadieron personas cercanas a la familia.
Según fuentes de la investigación, Susana había acudido a una cita de trabajo. Fue la última vez que alguien conocido por ella la vio con vida. Los agentes del Grupo de Homicidios investigan ahora a las personas próximas a la mujer, ya que suponen que el crimen puede tener como móvil los celos de un antiguo novio o conocido. La hipótesis del robo está descartada, ya que conservaba un teléfono móvil y sus joyas, cuando fue encontrada. Este crimen eleva a 73 el número de personas asesinadas en la región desde principios de año.
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