Intensa pugna de las 'colles' de Valls en la Diada de Santa Úrsula
La jornada se saldó con muchas caídas
Las dos colles de los Xiquets de Valls protagonizaron ayer una intensa jornada de Santa Úrsula en la que se registraron momentos de genuina pasión y pugna castellera, junto con largos compases de espera y un exceso de caídas, que obstaculizaron la consecución plena de los ansiosos objetivos planteados. Ambas colles cargaron el mítico quatre de nou sense folre, pero salieron de plaza con sólo dos castells en el bolsillo, ninguno de ellos descargado.
Santa Úrsula, como marca la tradición y espera la afición castellera, concentró amplias expectativas entre las dos colles locales. Vella y Joves aspiraban a realizar exhibiciones históricas en la misma jornada en la que se conmemoraba el 20 aniversario del primer castell de nou del siglo XX. El resultado se quedó a medio camino para las dos formaciones, que mostraron espíritu de lucha, pero que toparon con la grandeza de los castells que aspiraban a derrotar. Los aficionados que llenaron la plaza del Blat y las calles adyacentes contemplaron, eso sí, momentos de total entrega de los castellers y de acentuada rivalidad entre las dos formaciones, un hecho que en Valls se respira como en ninguna otra población.
La jornada, asimismo, permitió desmitificar algunos elementos, tales como que la Vella también está expuesta a la indecisión de la canalla o que una colla, en este caso la Joves, ataque en una misma exhibición dos construcciones de idéntico número de castellers por piso (el dos), en una decisión que choca con la excesivamente estática ortodoxia castellera.
La Vella abrió la exhibición con un pobre intento de quatre de nou sense folre, que subió con mala medida y que cedió cuando entraban los dosos, es decir, cuando faltaba una eternidad. La formación rosada no aflojó y superó el contratiempo atacando el quatre de nou amb folre i l'agulla, un castell que consiguió hace tres años y que ayer volvió a anotarse, tras cargarlo eficazmente.
A continuación, la Joves demostró a sus rivales que el quatre de nou sense folre desprende un color rojo vivo, el mismo que lucen sus valientes castellers, que lograron coronar con plena suficiencia el considerado castell total (por su extrema dificultad y su grandeza histórica). El castell presentó posibilidades de descargarse, pero en el descenso de la canalla, la pérdida de posición se pagó cara.
La Vella volvió a medirse con el quatre de nou y esta vez sí consiguió dibujar la aleta, a pesar de que la construcción se elevó demasiado cerrada y con poco margen de rectificación. El castell cedió tras ser coronado. Este histórico quatre de nou sense folre convierte a la Colla Vella en la única entidad que ha conseguido todos los castells alzados a lo largo de la historia castellera.
La Joves, por su parte, abandonó sus objetivos de tres de deu amb folre i manilles -pese a disponer de un elevado número de camisas, tal vez superior incluso al de sus rivales- y se decantó por el dos de nou amb folre i manilles. Tras un intento desmontado por decisión de la canalla, el castell subió aplomado y con decisión y lo consiguieron cargar, pero cedió pocos segundos después.
En la tercera ronda, ambas colles se midieron con el dos de vuit sense folre. La Vella lo hizo en dos ocasiones: la primera cayó cuando a la canalla la faltaba la mitad de la ascensión y la segunda se desmontó por la indecisión de la anxeneta, que ya había sufrido demasiadas caídas. La Joves también atacó el castell, que cedió al primer movimiento brusco, con los dos pequeños remontando los quints. A la Joves aún le quedaba un intento, el del tres de nou amb folre, que también desmontó la canalla.
Demasiada llenya. Pero una sabia y noble pugna castellera fue el resultado de una inhabitualmente larga exhibición de Santa Úrsula que acabó en empate.
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