Creación útil para el ciudadano
Patxi Mangado no está solo. En su trabajo cuenta con la colaboración de compañeros como Alfonso Alzugaray o Maite Apezteguía, reflejo de su interés por una creación compartida como la que ha realizado su admirado Rafael Moneo.
Patxi Mangado levanta al mismo tiempo proyectos en Burdeos (Francia), Goa (India) o Palencia, que en la ciudad de Pamplona, donde mantiene el estudio y desarrolla sus principales actividades. Todo esto a la temprana edad de 44 años. A estas alturas, el arquitecto natural de Estella ya distingue dos etapas claras en carrera, a la vez que reivindica las enseñanzas aprendidas de sus maestros sin olvidar las aportaciones teóricas propias que ofrece en las escuelas de Arquitectura de Barcelona y de Navarra.
Para orientar al lector, Mangado es autor, por ejemplo, de las bodegas Marco Real de Olite, la fábrica para molinos de viento de Gamesa Eólica en Pamplona, el proyecto de la Biblioteca Imperial de Japón o el edificio social del campo de golf de Zuasti (Navarra). Este último obtuvo el Premio de la cuarta Bienal Nacional de Arquitectura y es uno de los trabajos más queridos del arquitecto.
En estos momentos su actividad se centra, en lo más cercano, en el futuro Palacio de Congresos y Auditorio de Navarra en Pamplona. Y ya fuera de su tierra planifica un monasterio cristiano en Goa, el Palacio de Congresos de Palencia, el futuro Museo de Arqueología de Vitoria o la urbanización de la plaza de Pey-Berland de Burdeos.
Este último es sin duda su proyecto más ambicioso, quizás la obra pública más importante de las que en estos momentos se realizan en Francia, con un presupuesto de 2.000 millones de pesetas. Se trata de rescatar para la ciudadanía la catedral de la localidad gala, ahora convertida en centro de rotonda. 'El objetivo es revalorizar este espacio urbano, sin olvidar medios de transporte alternativos como el tranvía', comenta Patxi Mangado.
Más cerca está el futuro Auditorio de Navarra, una obra no exenta de polémica debido a su ubicación junto a las murallas de la ciudad. De este modo, el edificio relaciona el conjunto de áreas verdes que lo rodean con la densa trama edificada en el centro de Pamplona. El Baluarte (éste es el nombre del proyecyo) está diseñado en forma de L, abierto a una amplia plaza de 10.000 metros cuadrados, frente al segundo ensanche.
Es una construcción que cuenta con 63.000 metros cuadrados, con predominio del hormigón, que estará revestida de piedra cuarcita oscura, mientras que la carpintería será de acero y haya. Habrá también otros materiales como el granito gris. Todo ello se pondrá de largo, según está previsto, entre junio y octubre de 2003.
Estas obras son el fruto de una experiencia que comenzó hace más de quince años. Entonces, desde su estudio en Pamplona atendió obras pequeñas ubicadas sobre todo en Navarra, aunque también comenzaba a salir fuera para encargos particulares, como una tienda de ropa en Ibiza, o a participar en concursos, como el de la plaza de Thiene en Italia.
De aquella primera época, que reseñó Luis Fernández Galiano en un esclarecedor volumen, es el citado Club de Golf de Zuasti. A partir de las construcciones del señorío del mismo nombre, Mangado establece un conjunto que mantiene la escala de las edificaciones del lugar, de las que se mantienen el antiguo palacio y la iglesia medieval adscrita a él.
Otra referencia indispensable es la bodega que entre 1989 y 1991 construyó para la firma Marco Real en Olite. Fue todo un adelanto para la concepción que había en ese momento de las empresas vitivinícolas y que se ha convertido en una referencia para la competencia, no sólo en Navarra sino también en la vecina Rioja.
En esta ocasión, como en tantas otras, el proyecto arranca del respeto tanto al entorno como al servicio que va a realizar. En palabras del propio arquitecto, 'hemos de considerar que la arquitectura es un arte, sí, pero el concepto de belleza va ligado a la idea de servicio; creo que en la actualidad hay un gran desfase entre la arquitectura en boga y la sociedad'.
Patxi Mangado se desmarca de la llamada arquitectura de autor, que relaciona más con la creación de un buen eslogan que con el mantenimiento de un discurso propio que, en su caso, ahora se adentra por la senda de la madurez. 'He sido un arquitecto que ha realizado mucha obra desde joven, lo que me ha llevado a cierto hastío y a un periodo de reflexión. A partir de ahora me voy a emplear en la búsqueda de una arquitectura que yo denomino 'realizada con la mano izquierda', que busque sobre todo la atención a la sociedad'.
Mangado no elude las críticas, porque la obra artística siempre ha mantenido una relación de amor-odio con los ciudadanos que han de disfrutar de ella. 'Todos los grandes arquitectos han sido criticados en algún momento, pero lo que no hay que perder de vista es la perspectiva de la calidad de la obra singular, que supere la copia de un arquetipo que triunfó en algún momento', explica. El arquitecto también ha trabajado en el diseño de mobiliario, como es el banco Koro para espacios públicos, realizado en madera y hierro.
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