Del hospital al podio

Luis Peinado, un joven valenciano de 31 años, sufrió hace una década una lesión medular a consecuencia de un accidente de tráfico que lo dejó parapléjico, es decir, una parálisis total de cintura para abajo. Su vida cambió radicalmente. Se sometió a una dura terapia de ejercicios de rehabilitación y adaptó su vivienda para desplazarse en silla de ruedas. Logró superar mejor la enfermedad haciendo deporte, recuperó su autoestima y aceptó su nueva situación. Ahora es monitor de deportes adaptados. Su valor y tenacidad le han llevado a la élite del deporte de personas discapacitadas. Actualmente es subcampeón de España de esquí en silla de ruedas en las modalidades de eslálom y combinada.

Una situación similar vive Ricardo Ten, amputado de pierna y brazo a causa de las secuelas que le dejó una descarga eléctrica cuando era un niño. Él también ha conseguido superar su drama personal e integrarse en la sociedad a través del deporte. En las Paralimpiadas de Sydney se proclamó campeón del mundo de natación en la prueba de 100 metros braza. A sus 26 años posee un rico palmarés de medallas que le han convertido en uno de los mejores nadadores discapacitados de todos los tiempos.

Ambos deportistas tienen la oportunidad de transmitir su experiencia a otras personas con minusvalías graves, a las que ayudan a recuperarse mediante la práctica del deporte. Peinado y Ten son dos de los 16 monitores del programa Hospi Esport, una iniciativa pionera en la Comunidad Valenciana que utiliza la actividad deportiva para la rehabilitación de pacientes hospitalarios discapacitados que han sufrido accidentes traumáticos.

Hospi Esport lo gestiona la Federació d'Esports Adaptats (FESA) mediante un convenio firmado con la Generalitat. Desde el pasado febrero hasta hoy 112 pacientes se han beneficiado del programa. Los usuarios proceden de los hospitales La Fe, Doctor Peset y el Clínico de Valencia, y de centros de atención primaria. La mayoría de ellos sufre traumatismos por lesión medular causados por accidentes de tráfico, otros tienen algún miembro amputado por enfermedades tumorales, y una minoría padece deficiencias musculares por malformaciones congénitas, polio, artrosis o insuficiencia renal por transplante. Su movilidad es reducida y sólo la coordinación del equipo médico y los monitores deportivos hace posible que consigan normalizar su vida cotidiana.

El director de Hospi Esport y presidente de la FESA, Eugenio Jiménez, afirma que el programa, 'además de completar la fase de rehabilitación médica hospitalaria y favorecer la reinserción social de estas personas, tiene la finalidad de fomentar el deporte de competición derivando a los pacientes que lo deseen a la federación'. La FESA tiene medios para acogerlos ya que está formada por 45 clubes de minusválidos físicos, ciegos, paralíticos cerebrales, sordos y transplantados, y cuenta además con 57 escuelas de iniciación al deporte adaptado y la gestión de las piscinas de Almàssera, Requena y Campanar de Valencia.

Hospi Esport se lleva a cabo en el gimnasio de La Fe, donde se practica baloncesto, esgrima y tenis en silla de ruedas, y también ajedrez, musculación y boccia, una especie de petanca para paralíticos cerebrales. Aquí es donde Luis Peinado y Ricardo Ten desarrollan su actividad de monitores. Pero otros pacientes practican natación adaptada en la Piscina de Campanar, e incluso los que tienen más movilidad hacen atletismo en las pistas del Turia.

Conseguir que los pacientes adquieran seguridad y autonomía no es tarea fácil, pero la mayoría lo consiguen. El hecho de contar con monitores discapacitados integrados les anima a superarse. Muchos volverán de nuevo a su vida cotidiana y se olvidarán del deporte, otros en cambio intentarán seguir los pasos de Luis Peinado y Ricardo Ten y lucharán por surcar un camino de esfuerzo que los puede llevar del hospital al podio.